Los sabios dicen que precipitarse es de tontos, pero no puedo evitar enamorarme de ti. Ya eres esa mujer que logra causar sensaciones tan profundas como sublimes al escuchar el latido frenético de este corazón, que con cada canción romántica resurge entre recuerdos y emociones, despertando sediento de ti.
Los sentimientos son ese oasis en nuestro desierto corporal, que solo aquellos de almas nobles pueden comprender al escuchar canciones de Elvis Presley, José Luis Rodríguez, Guillermo Dávila, Anthony Ríos, Franco De Vita, Aventura, Pedro Infante, Juan Gabriel, Michael Jackson; o al dejarnos llevar por la música clásica, el jazz, para terminar bailando bolero.
Cuando logro captar tu mirada en esta memoria que solo tiene tu reflejo, intento pintar esa sonrisa, pero no puedo. Esa sensación de hacerte sentir mía es como una experiencia inolvidable, donde ambos encontramos nuestras vidas pasadas, al ritmo de ese frenético violín tocado por Niccolò Paganini, disfrutando en esa hoguera ardiente llamada por todos, pasión desenfrenada. No te alejes de mi lado.
Aunque sea, miénteme descaradamente, que cerraré estas emociones para que mis lágrimas puedan desbordarse dentro de esta alma en pena, arrastrando cadenas para que jamás tengas dudas de este amor que siento por ti. Cuando imponemos nuestras creencias sociales, enraizadas de generación en generación, apagamos esa inocencia y ese lado salvaje que llevamos dentro. Pero la sociedad logra domarlo con códigos de comportamiento, para bien o para mal, y esa sería una lucha contra nuestra esencia.
Escuchando historias de amor y desamor de esos momentos especiales que nunca olvidaremos, sencillamente porque nos erizan la piel y crean sensaciones jamás experimentadas, provocando de inmediato una sonrisa de satisfacción, porque pudimos disfrutar del grito de la epidermis al sentir nuestras manos acariciando nuestras almas.
En cada receta hay olor a tu piel, en cada rincón del alma dejaste huellas inolvidables. Pero, ¿cómo encuentro palabras sabias para olvidarte? ¿Cómo borro este tatuaje que dejaste en este corazón que se apaga lentamente cuando se aleja de tu perfume? Solo tienes que enseñarle al sol cómo enfriarse para entonces despertar y dejar de amarte.