Altagracia Méndez de Uribe, conocida por sus amigos como Taty Uribe

Hoy por hoy, recuerda esos chapuzones en el río Yaque del Norte. La naturaleza le apasiona en general, por eso no dudó ni un instante al seleccionar Ciencias Biológicas como carrera en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Viajar es otro de los ; mayores gozos de esta dama ;oriunda de Santiago de los Caballeros. ; Sus sueños comenzaron a cristalizarse una tarde conversando con su amiga, la doctora Josefina Jiménez de Rijo. ; Ambas comprendieron que esa afinidad por los viajes y el amor a la naturaleza era un buen inicio para embarcarse en un proyecto que ha permanecido por años.

El primer intento de su emprendimiento lo hicieron con sus respectivas familias y amigas cercanas. ; Para que esa aventura fuera exitosa tomaron en cuenta todos los detalles.

Atrevidas como éramos, creamos una pequeña organización Palma Real. Grupo Ecológico y le pusimos por lema ‘Cuida tu casa, la tierra’. Nuestro primer viaje fue un reto. El destino fue Bahía de Las Águilas, en Pedernales”.

“Era 1991, hace 33 años, estábamos cómo dos ; adolescentes rebosantes de entusiasmo y positivas. ; Un minibús de 28 pasajeros nos transportó por un hermoso y largo recorrido por carretera. Durante el trayecto llegamos a recorrer casi 100 kilómetros sin encontrar un vehículo de motor, pero si muchos animales, Había que ir con cuidado, lo que hacía más larga nuestra llegada”. ;

Taty Uribe sigue relatando que en ese viaje visitaron Barahona, San Rafael, Los Patos, Juancho, Laguna de Oviedo, ;lugares que algunos solo conocían por los libros de texto. ; ;

“¡Por fin Cabo Rojo!, llegamos ; por un camino de piedras, tierra y guazábaras. Las Iguanas por doquier nos parecían gigantes. Llegamos a La Cueva de los Pescadores, ¡Dios mío, viven ahí! En mis ojos asomaron lágrimas al ver que en el siglo XX en mi país, había personas viviendo en cuevas. En fin, fue una experiencia inolvidable”.

Afirmó que siempre buscaban nuevas rutas y lugares de interés, pues en muchos casos, sus acompañantes realizaban su sueño de visitar y volver a diferentes lugares de la geografía dominicana.

“Nos sentíamos realizadas y como ambas teníamos sentimientos similares en cuanto a amar, socializar y ser curiosas para conocer nuevos destinos, hicimos una química excelente entre nosotras y con nuestros clientes. Cuando mi compañera de hazañas, Josefina Jiménez de Rijo falleció fue muy duro para mí”.

Pasado el tiempo, al superar un poco su duelo, se dio cuenta que deseaba continuar con su emprendimiento. Por eso, en 2008, ; se unió a su ;hijo José Alney Uribe que estaba creando la empresa ;Rincones de mi país, pionera en turismo de desarrollo comunitario sostenible, especializada en aventura, naturaleza y cultura de República Dominicana.

Según nos comenta Taty Uribe, los viajeros que asisten a sus tours son, en un 80% personas de la tercera ; edad. ; Muchos jubilados que prefieren recorrer el país en este momento, pues ahora disponen del tiempo y no quieren o no pueden conducir grandes distancias. Personas que a través de las excursiones ;hacen y siguen haciendo nuevos amigos.

El trato personalizado, el programa enfocado en lo educativo y en el orgullo dominicano es una constante en sus viajes. ;También, se les entretiene con horas de canciones, adivinanzas, ;dinámicas y otras actividades, ; siempre en pos de que disfruten plenamente la experiencia. ;

Su mayor satisfacción es que han pasado los años y en los viajes que organiza sigue compartiendo con amigos que le apoyan desde la primera aventura. Un amor que se afianza con el tiempo y que se mantiene presente en cada encuentro.

“El pueblo dominicano tiene que conocer los hermosos rincones que adornan su tierra y que también aprecien que somos un pueblo dispuesto a recibir al visitante con muestras sinceras de afecto y espontaneidad”, afirma Taty Uribe.