Se ha ido al cielo un auténtico héroe de la vida y la existencia; una persona excepcional de absoluta nobleza; un hombre que dio al mundo — y a la humanidad — los mayores regalos: el amor y la amistad, porque sabía lo hermoso que es, tener sueños e ideales, y transmitir esos sueños e ideales para los demás es una misión y, al mismo tiempo, un apostolado; ser "otros": familia y sociedad.
Don José trabajó -consciente y omnisciencia- en una dirección: ser inmenso (desde la plenitud de su interior) con la elegancia que da sencillez, prudencia, silencio meditativo, alegría expresada con ternura, finalmente, la pureza de quien transparente en sus actos de convivencia y convivencia. Su vida es y seguirá siendo una biografía ejemplar, porque don José es uno de los grandes hombres que nacieron aquí, en esta tierra fértil y bendita; por eso el lema de la Fundación Eduardo León Jiménes es, "POR UNA MEJOR NACIÓN".
Y así es don José hizo para todos los dominicanos una MEJOR NACIÓN, y ese será su legado eterno. Don José es un Héroe del siglo XX; un Héroe humanista como los grandes del Olimpo griego; un Héroe noble que sólo vino a este plano a dejar una guía, una senda... de cómo ser mejores seres humanos. Espero que los dominicanos tengan "ojos para ver" y "sentidos para entender" lo que es amor al prójimo y servicio al prójimo. Mi más sentido pésame a toda su familia, amigos y familiares. Les doy un abrazo especial desde mi corazón a sus hijas María Amalia León de Jorge y Lidia León. Descanse en paz don José. PERDOMO YLONKA NACIDITO
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