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Terror político.
Terror político. (Foto: Alfonso Becker)

Terror, espanto, obscuridad y abismo...

Por Alfonso M. Becker
domingo 15 de enero de 2023, 01:00h
Sin duda, esas supuestas “buenas intenciones” que no llegan a cumplir los políticos corruptos, son la caricatura de sus virtudes; porque todo ladrón abúlico que se propone volar, siempre acaba arrastrándose por el fango.
Escribía el joven teólogo y apologista, Jaime Balmes, ensimismado ante la revelación divina que abría las puertas de todas las ideas políticas decentes, que «un abismo siempre invoca a otro abismo mucho más tétrico, oscuro y vertiginoso».

Lo decía con la intención pedagógica de advertir sobre la inexcusable necesidad de preservar la forma milenaria de vida y de las creencias de las sociedades humanas, so pena de convertir un pueblo económicamente rico, pacífico, laborioso y cristiano, en un infierno en el que solo podría reinar Satanás…

Si el pensamiento político es tan viejo como la especie humana, todos sus criminales y corruptos personajes dedicados a la gobernanza están perfectamente catalogados como arquetipos de la existencia humana en la Sagrada Biblia desde hace unos 3.000 años; donde se recuerdan con preciosidad de datos, otros más de cinco mil setecientos años.

Todos eran -sin saberlo- pensadores. incluso no sería degradante decir de ellos que eran respetables charlatanes que educaban como podían y sabían, al calor del fuego. Hablaban, casualmente, de política; pero no de Filosofía.

Es, pues, la filosofía de Platón, Aristóteles y otros, lo que conocemos como el primer despliegue de sabiduría de la historia humana para señalar, dar brillo y esplendor, a lo que la gente común conoce como política. Con el correr de los siglos, hemos llamado filosofía política a lo que es accesible a la mente humana.

La historia nos ha enseñado que las sabias palabras de Jaime Balmes las conocen perfectamente los nazis, los fascistas y toda la caterva del llamado izquierdismo; siempre empeñados en disfrazarse de “demócratas” cuando todo el mundo conoce que los liberales siempre son asesinados por el comunismo más criminal engendrado por la socialdemocracia.

Pero esas sabias palabras no las conocían muchos pensadores españoles o extranjeros. No… no era la vorágine de acontecimientos; era la triste realidad -como ahora mismo en 2023- de falsas acreditaciones universitarias y de supuestos doctorados concedidos como fruslería partidaria.

Valga como anécdota que el escritor de la Generación del 98, Miguel de Unamuno, en los prolegómenos de la Guerra Civil en España, fue político socialista al servicio de la República y en el Parlamento no daba pie con bola…

El viejo filósofo vasco no tenía el menor conocimiento de Filosofía política y desconocía por completo la realidad social española en 1936; Es curioso que casos como el de Unamuno se repitan en este año 2023 en la política española; tanto entre los militantes políticos socialistas como entre los conservadores: una ignorancia alarmante y una grave incultura solo propia de la chusma más abyecta.

Así que, Unamuno, se pasó al bando nacional liderado por el General Franco, con prebendas, cargo político y administrativo, pero con tan pocas luces que los militares de Franco casi le pegan un tiro por idiota indocumentado y por traidor a la Patria; pues el señor Unamuno, era desconocedor de que tanto las ciencias naturales como la ciencia política son claramente «no filosóficas» …

Su acreditación de “filósofo” cayó por los suelos… y se quedó tan aislado y solo, que el millón de muertos, caídos en combate y ejecutados, le pareció un espejismo español en un desierto de ideas que nunca supo digerir.

Es curioso comprobar en filosofía política cómo desde hace más de 200 años, siempre se saca a la luz al Príncipe de la Tinieblas, al malévolo personaje, al monstruo de la suma ignorancia y confusión por falta de conocimientos que logra asaltar el poder; al oscuro cerebro político carente de luz en lo abstracto o en lo moral; al mismísimo Diablo.

En los Estados Unidos “Satán” es el actual inquilino de la Casa Blanca, conocido por Dirty Joe, todo un asesino en serie que se duerme balbuceando vocablos aberrantes; y en Bruselas es la perversa Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: «il vero capo di tutti i capi di governo europei ».

La tremenda corrupción política en Estados Unidos y en la Unión Europea ya alcanzó límites intolerables durante la criminal utilización de una gripe para hacer desaparecer, de un plumazo, lo que conocemos por democracia o la libre expresión de las ideas; y para atacar la salud de la ciudadanía con encierros ilegales y drogas en manos de perversos criminales.

«Es nauseabundo -expresó Leo Strauss David- cómo proliferan los nuevos Maquiavelos» y ciertamente el gran profesor de la Universidad de Chicago señaló como algo realmente asqueroso ver que todos los socialistas que te rodean se han convertidos en charlatanes de algo que ni siquiera entienden, como es la filosofía política.

La ralea militante lo hacen travestidos en primitivos animales que expresan, mediante graznidos, una letanía inconexa, incoherente y absurda para mostrar un soniquete ideológico como única oportunidad de hacerse oír, cuando ni siquiera tienen audiencia de calidad adecuada, ni entre sus propios correligionarios.

Todos ocultan su verdadera faz tras sus diatribas climáticas aberrantes y sus falsas narrativas sobre la Guerra de Ucrania. No tienen otra forma de ocultar el crimen global que padecemos desde hace más de 3 años.

El abismo entre la cultura y el espectáculo ha creado una nueva masa de adoctrinados que aparentemente ya no necesitan a los pastores del rebaño, ni a sus perros.

Nadie se atreve a señalar que la mafia woke que controla Washington está ejecutando una Tercera invasión de Europa para tratar de arrancar, de una vez por todas, la cultura judeo-cristiana.

Pero esta vez, la gran traidora europeísta, Angela Merkel y su maléfica descendiente, Ursula von der Leyen, han dado la orden de que abran las puertas de toda Europa, a centenares de millones de bárbaros africanos y asiáticos para que destruyan nuestro mundo.

Un movimiento universal de proporciones gigantescas, más poderoso que mil huracanes juntos, nos ataca criminalmente para borrar nuestras huellas de la faz de la Tierra, y de todos los libros de Historia.

No solo son ataques con venenos farmacéuticos, no se trata solo de matar a todos los ancianos en los asilos para machacar la idea de una “esperanza de vida” que no esté aprobada por gobernantes autócratas del socialismo.

Tampoco se contentan con la matanza industrial, en la barriga de sus madres, de cientos de millones de los no nacidos para que florezcan las grandes multinacionales de los productos de belleza y, como dejó por escrito el entrañable novelista y biógrafo judío, Stefan Zweig: «lo harán frívolamente, aplaudiendo la desintoxicación moral de Europa» …

Los malvados hacen oídos sordos a los derechos humanos, y lo hacen adrede, con monstruosos comportamientos y maquillajes de ideas tan perversas como asesinas; se atreven porque ya no están Margaret Thatcher, ni Ronald Reagan, tampoco Chesterton, o Bertrand Russell…

Cualquiera de ellos apuntaría a la cabeza de esta basura humana con un revólver y le preguntaría: ¿No es un derecho superior la vida humana?

El jueves pasado, se nos murió el gran historiador británico, Paul Johnson (deben disculparme pero hay momentos en que derramar unas lágrimas me permiten mirar al cielo y preguntarme por todos mis amigos que se han ido) y así reflexionar un poco sobre los treinta o cuarenta libros que tengo de este tío tan excepcional.

Todo Johnson es un escritor magistral con un bellísimo dominio narrativo, y sin la más mínima expresión de mierda ideológica que pudiera manchar su elegante composición de estrofas tan contundentes como brillantes.

Ninguna guerra de panfletos puede, con un genio de la historiografía.

Me hizo mucha gracia el famoso grito de este gran historiador, desde su mansión en Londres: «Nunca se ha mentido tanto como sobre la Guerra Civil española; la izquierda es tan mezquina como mentirosa»

Todo el terror y espanto que estamos viviendo ya no puede ocultarse con la demagogia barata desplegada por los gobiernos mientras los ciudadanos libres son conducidos al abismo.

De todos los votantes y compinches de los dictadores socialistas, la gente decente solo espera que las personas que todavía son capaces de sentir vergüenza puedan seguir siendo capaces de sentir remordimiento.

Sin duda, esas supuestas “buenas intenciones” que no llegan a cumplir los políticos corruptos, son la caricatura de sus virtudes; porque todo ladrón abúlico que se propone volar, siempre acaba arrastrándose por el fango.

Solo tiene usted que fijarse en los corruptos periodistas del aparato de propaganda socialista; que no van más allá del ditirambo en una vulgar gacetilla.

Terror, espanto, obscuridad y abismo, también los alcanzara a ellos, de lleno.

Por mucho que persigan la excelencia, solo se hundirán en la vulgaridad.

Alfonso M. Becker © copyright (Todos los derechos reservados)
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