En el principio de los años 2000, Alba Luz me visitó, en mi Atelier de entonces, en compañía de una amiga, ambas serían premiadas, como damas elegantes en Santiago y me sentí muy halagado, sobre todo porque una de ellas, era Alba Luz Díaz de Abreu, quien no sólo sabe coser muy bien, sino que además tiene personalidad, es honesta y sabe siempre lo que quiere.
El resultado fue bueno y nunca le he preguntado: ¿Por qué a mí? Pero no se lo he dicho , porque qué bueno, ya que salí ganando con su amistad y aún más, cuando tuve el buen acierto, en el 2007, de escogerla como fábrica de la primera línea, que realicé para Jumbo (Grupo CCN) y ella aceptó, porque al final, siempre he tenido la mágica sensación de que salí ganando.
CAMILA, hoy día es un emporio de la moda, siendo profeta en su tierra y referencia además de un grupo sólido, creativo, innovador, que produce ropa femenina con eso que ahora denominan ADN, inspirados en las necesidades de una mujer que tiene vida propia, que sueña con lucir bien y tiene que salir a trabajar sintiéndose mejor puesta y de acuerdo con sus posibilidades y recursos, en materiales prácticos, lavables y perdurables.
Líneas modernas, atemporales y con visión creativa, producida por un grupo, que ahora asumen la tercera generación de familia, bajo otros lineamientos, pero siempre con la eterna inspiración y el respeto por la marca.
De las grandes tiendas por departamentos, pasó a dejar sus huellas en las pasarelas de Dominicana Moda y como siempre he dicho, allí adquirieron nombre y apellido pasando de ser una marca regional a ser una marca nacional, con propuestas cada vez más atractivas, que en fondo y forma, causaban la sensación de los asistentes y cada vez más adeptos en un mercado que crece y exige cada vez más. Pasaron la prueba, subió su target y hoy día los resultados, con todo y efectos de pandemia, son excelentes y la sangre nueva de la misma familia se deja sentir.
En lo personal, su última campaña comercial, denominada "Ínsula", es lo mejor que he visto en años, como propuesta de una marca de República Dominicana, donde geográficamente, posicionan poéticamente las líneas de una moda local, pero con visión totalmente internacional, sin dejar de ser isla, pero completamente original y nuevo, como debe ser, para poder decir con propiedad, qué hay una industria de la moda con identidad dominicana. Original, sin necesidad de copiar modas Colombianas, ni de Pinterest, que al final, no son más que tendencias para vender en redes, online, con resultados económicos quizás temporales, para quienes gustan de llamarse diseñadores, cuando en realidad son Marchants de Modas, por así decirles un nombre sofisticado.
Con CAMILA en cambio, no sucede así y la esperanza se pone de manifiesto, en donde me atrevo a augurarles, que quizás en un futuro, asumirán sus propios puntos de ventas, diversificados como las grandes marcas y es mi mayor deseo para Persio, Alba Luz y sus hijos, que son CAMILA y a quienes quiero, respeto y profeso mi más profunda admiración, dueños del presente y referentes de una auténtica Marca País.
Si (
No(
