Hoy celebramos el Día Mundial del Envejeciente

Muchos asilos, asistencia médica, pero la parte humana, la valía de ese ser humano se tiene muy a menos. Se nos enseñó que la vejez es una "terrible enfermedad", pero creo y así lo sostengo, que cuando sabemos vivirla con propósitos y con espiritualidad, se nos hace placentera. Eso nos revitaliza, nos da sentido...

"No permitas que nada ni nadie te haga pensar mal de ti", expresaba Alfred D. Herger coach y escritor puertorriqueño que conocí hace unos años y que utilizaba esta frase a menudo para reforzar la autoestima de los seres humanos.

Tendremos un andar más lento, nos cansaremos más rápido, nos ofuscaremos con más facilidad que años atrás, pero la sabiduría siempre nos acompañará. Son muchas experiencias y años vividos.

En mi argot diario suelo utilizar frases que mi padre me inculcó a manera de hacerme pensar en grande. El siempre aspiró a que sus hijos fueran hombres y mujeres de bien. Personas triunfadoras. Yo suelo recordar esas frases y hasta las utilizo cuando quiero aconsejar o darle seguimiento a personas que vienen a mí.

Mi familia suele ser andariega. Conozco mis limitaciones y hasta podríamos decir "mis gustos". Hay paseos que no me satisfacen y mejor me quedo en mi casita. De lo que sí estoy segura es que siempre he sido valorada y escuchada. Di el ejemplo con mis padres y nuestros descendientes siguen esa cadena de amor. Es importante tratar de ser modelo para los hijos.

Si maltrataste a tus padres cuando los nietos eran niños, esa misma actitud tendrán contigo.

Si es muy cuesta arriba tener al anciano en tu hogar y te ves obligado(a) a internarlo en un asilo, no lo dejes a merced de personas extrañas, visítalo, dale afecto. Hazlo sentir que es importante para la familia.

Otra frase del papa Francisco que me encantó es la que expresa: "Un pueblo que no respeta y cuida a los abuelos, no tiene memoria. Antes de ser ancianos fueron padres, también abuelos y hasta bisabuelos. Tres generaciones recibieron su cariño y cuidados”.

Ayer, estuve presente en la ceremonia de reconocimiento que hace anualmente el CONAPE (Consejo Nacional de la Persona Envejeciente) y les cuento que nunca antes había recibido tantos agrados de gente jóvenes.

Me he dejado las canas. Ciertamente parezco una abuelita buena y son tantos los jóvenes que me piropean, que me cortejan para ayudarme, que tengo la certeza de que todavía queda mucha gente buena en este país.

Que los buenos somos más...

Tú que tienes aún tus padres, ámalos. Tú que eres bendecido con tus abuelos, respétalos. Dales su valor. Ellos te tuvieron paciencia y te cuidaron cuando estabas indefenso.

Es tiempo de devolver ese amor y paciencia que nos prodigaron. Y si te has sentido dolido por la falta de responsabilidad de tus padres al criarte, es tiempo de perdonar. Un corazón libre de rencor pertenece a personas nobles. No cargues con culpas ajenas.

Ama a tu prójimo como a ti mismo. Es tiempo de cortar esa cadena de desamor.

¡Feliz día de los envejecientes!