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Jesús Rodríguez
Jesús Rodríguez

Oro negro

Por Jesús Rodríguez
martes 16 de diciembre de 2014, 17:28h
La caída del precio del petróleo y sus consecuencias sobre "el modelo". Elecciones en el parlamento del Mercosur, el oportunismo político del kirchnerismo y las consecuencias sobre la oposición. El frente judicial y los desequilibrios macroeconómicos, talón de Aquiles de un peronismo en transición.
A las puertas de una era sin energía fósil, el precio y la existencia de los hidrocarburos siguen marcando el pulso de la economía mundial. Así, el precio del petróleo se derrumbó un 40 por ciento desde junio de este año y no parece encontrar el piso. El barril del World Texas Intermediate (WTI) se cotiza a menos de 61 dólares, un valor que no alcanzaba desde mediados del 2009. 
 
Una parte importante de la explicación a la expansión de la oferta, causante de la abrupta baja del precio del crudo, proviene de la producción de los yacimientos no convencionales de América del Norte y de la recuperación de la producción de Libia, sobrepuesta de la guerra civil que disolviera el régimen de Muhamar Khadafi. Este incremento de la oferta se combinó con la disminución de la actividad industrial en los centros de Europa, China y Japón. 
 
Más allá de la duración de este nivel de precios bajos, podemos analizar algunos impactos significativos. En primer término, la transferencia de recursos desde países productores/exportadores de petróleo hacia países consumidores/importadores de productos energéticos tendrá un efecto expansivo sobre el nivel de actividad global. Y, segundo, disminuirán los ya exiguos índices de inflación, ampliando el espacio para la adopción de estrategias monetarias expansivas - en el caso de la UE - o postergando el aumento de las tasas de interés, en el caso de los Estados Unidos. Por otro lado, la disminución de la rentabilidad de la actividad petrolera puede afectar la liquidez de los mercados financieros internacionales que habitualmente se sirven de los excedentes de esta actividad. En el caso de YPF ya se registra una caída del 8 por ciento en la cotización de su acción en Wall Street. 
 
En Latinoamérica se registrarán cambios importantes - y negativos - para economías como las de Venezuela, Ecuador, Colombia y México, en los que las exportaciones de hidrocarburos son centrales en su balanza comercial. Por el contrario, esta situación implica un alivio para países centroamericanos, así como para Chile, Perú, Paraguay y Uruguay, por su carácter de economías importadoras de combustibles. En Argentina y también en Brasil, la evolución reciente de los precios del petróleo comienza a arrojar dudas sobre la viabilidad de proyectos de inversión vinculados con esta actividad. 
 
En nuestro país, con un modelo económico empecinado en desligar los precios internacionales de los nacionales - como el "trillado" caso del trigo - generando todo tipo de distorsiones, la baja del precio del crudo no se refleja en una baja del costo de los combustibles en el mercado local. En cinco años la Argentina pasó de tener el combustible más barato de la región, al más caro. Si bien descomprimirá el déficit energético crónico que viene arrastrando en los últimos años, los incentivos para la producción local, verbigracia Vaca Muerta, caen, a la vez que suben los de la importación. 
 
En cualquier caso, la baja del crudo deprecia a las materias primas en general, situación que afectará la entrada de dólares por exportaciones en el año 2015, año en el que los vencimientos de deuda aumentarán la escasez de la divisa. 
 
Una elección más en 2015 
 
La Cámara de Senadores intentará aprobar en una insólita sesión del 30 de diciembre el proyecto que contempla las elecciones de diputados del Mercosur junto a las presidenciales, frente al acuerdo de todo el arco opositor para enfrentar la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner. 
 
El autor del proyecto y apoderado del PJ, Jorge Landau, parece haber apuntado a la búsqueda de fueros para evitar una peregrinación por los tribunales apenas la presidente deje su sillón presidencial. Es dudoso que el Parlasur otorgue ese tipo de inmunidades, con lo que la que la intención principal de la maniobra oficialista sería la de poner a la presidente como cabeza de boleta con diversos candidatos del FpV, seguida de un listado de aspirantes a diputados, en su mayoría de La Cámpora. Es decir, traccionar votos para el proyecto de un kirchnerismo en la oposición, afincado en el Poder Legislativo. 
 
Como contrapartida de este movimiento, los partidos de la oposición evaluarán si están frente a un amague oficialista o a una decisión firme. En este último caso, es probable que se decida construir un lista única de fuerzas que no acompañan al proyecto kirchnerista, tal como ocurriera el año pasado con el llamado intento de "democratizar la justicia". 
 
Ahora, el oficialismo tiene el control de los tiempos. Podría llevar la fecha de la elección de diputados del Mercosur y hasta decidir la ubicación de las boletas -antes o después de la fórmula presidencial - reglamentando la ley que aún no ha visto la luz. 
 
Mantener el statu quo 
 
Una gestión económica que se precia de revolucionaria está haciendo malabares para mantener las cosas como están, al menos hasta fines del 2015, momento en que un nuevo gobierno tenga que cargar con los desequilibrios macroeconómicos en los que la administración de Cristina Fernández ha metido a la Argentina. 
 
El nuevo presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, en su paso por el Senado que trata su pliego, aseguró que no devaluará el peso - pese a que lo hace todos los días en dosis homeopáticas - y trazó un nivel inflacionario bajo, como si este fuera un gobierno recién llegado capaz de generar expectativas en torno a este asunto delicado. 
 
Por su parte, Axel Kicillof anunció de manera inesperada, la recompra y canje voluntario del Boden 2015. La propuesta presentada por el ministro es el adelantamiento del vencimiento de octubre del año que viene por un valor de 6.100 millones de dólares. Para el pago se pondrá a consideración de los tenedores del Boden 2015, efectivo y una emisión de unos 3.000 millones de dólares en Bonar 2024, con una atractiva tasa de casi el 9 por ciento en dólares, muy superior a las que pagaron recientemente Bolivia o Paraguay. 
 
Los inversores institucionales han respondido bien a estas propuestas del Ministerio de economía, habrá que ver si el 50 por ciento restante de ese canje es absorbido por los tenedores particulares. El carácter optativo de este adelanto de canje, abre una expectativa con respecto a su éxito en ese actor del mercado de bonos. 
 
Con esta maniobra, Kicillof intenta remover un obstáculo económico, como lo es el mayor vencimiento de deuda pública del año, que además allanaría el camino de la campaña electoral que coincide con el mes de vencimiento original. Por otro lado, en caso de no llegar a un acuerdo con los holdouts a partir de enero, el anticipo del canje descomprimiría la incertidumbre respecto de un eventual default de la deuda bajo legislación local. 
 
Por último, el anuncio apoya la decisión pregonada de no devaluar. Sin embargo, el riesgo devaluatorio seguirá latente, considerando que el 2015 es un año electoral en el que el déficit fiscal aumenta, por lo general, con su imprescindible emisión de pesos y la presión sobre la carrera de precios/salarios. 
 
El otro frente sobre el que el kirchnerismo pone el ojo, es el judicial. Las causas contra el vicepresidente Amado Boudou continúan y se agrega la de Hotesur que involucra en forma directa a la familia presidencial. La sanción del nuevo Código Procesal es parte de esa pelea entre el kirchnerismo y el Poder Judicial al que busca condicionar desde el control de la iniciativa de investigación en mano de fiscales que serán designados por la procuradora Alejandra Gils Carbó. 
 
Mientras tanto, el juez Claudio Bonadío, fue sancionado por investigar la trama del supuesto lavado de dinero que salpica a Cristina Fernández, denunciada por Margarita Stolbizer, de forma indirecta. La causa involucra a Lázaro Báez y a Néstor Kirchner, inmortalizado esta semana, en Ecuador, en una escultura que capta su esencia. Omar Villalba, el artista encargado de la obra lo muestra inconfundiblemente entrazado, aunque sonriente, a diferencia de la que hiciera y emplazara en Río Gallegos, con rostro adusto. Un rictus que le sienta a este momento político y social de la Argentina.
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