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Punto de mira
Punto de mira (Foto: Fuente externa)

Despedida al 2020, un año que deja huellas imborrables a la humanidad

Colaboración de Rebeca del Castillo Zouain

Año 2020, culminas dejando huellas imborrables en la humanidad. Todos te hemos sentido como un año –inesperadamente- difícil, y es que has sido un período donde nuestros, cómodos, patrones de vida han cambiado.
Año 2020, culminas dejando huellas imborrables en la humanidad.
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Año 2020, culminas dejando huellas imborrables en la humanidad. (Foto: Fuente externa)
Todos te hemos sentido como un año –inesperadamente- difícil, y es que has sido un período donde nuestros, cómodos, patrones de vida han cambiado.
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Todos te hemos sentido como un año –inesperadamente- difícil, y es que has sido un período donde nuestros, cómodos, patrones de vida han cambiado. (Foto: Fuente externa)

Recuerdo cuando en el pasado hablábamos de que ibas a ser un año de “Salud para Todos”. Esas eran las proyecciones de las grandes organizaciones sanitarias a nivel mundial. Pero, ¡Qué ingenuos estábamos!

Pensábamos que con la ciencia lo podíamos controlar todo y esa fue nuestra primera equivocación, pues la ciencia, muchas veces, no puede controlar las violaciones del hombre al medio ambiente y a sí mismo. Tú lo has demostrado. Tuvo que venir un virus nuevo, una masa inerte de material genético que para sobrevivir tiene que infectar células de seres vivos y demostrarnos así el error en el que estábamos.

Creíamos también que con el dinero todo lo podíamos resolver y te encargaste de hacernos ver que tampoco era así… El dinero se ha escaseado hasta en las grandes potencias mundiales y los países menos afortunados hemos estado sufriendo los estragos de esta crisis.

El dinero se ha tenido que utilizar para encontrarle la causa y la cura para tan terrible virus: el covid-19, en medio de incertidumbres y ensayos de aciertos y desaciertos.

Nuestros afectos, que tomábamos, por sentado, también se impactaron contigo. No nos hemos podido volver a abrazar físicamente y miles han perdido seres queridos, familiares y amigos. No los hemos podido salvar.

Entonces ¿Qué hago? ¿Te aborrezco o te veo como un “Maestro”? Creo que haré esto último, ya que en medio de la mayor adversidad estas dejándonos una lección como humanidad; una lección para que reflexionemos y cambiemos en los tiempos que nos quedan por vivir; una lección que nos enseñó a fortalecer nuestra fe y a buscar ese “Ser Superior” en el que creemos; a unirnos para sobrevivir y a tomar conciencia por el otro.

Nos enseñaste también que cuando rompemos el equilibrio en la naturaleza, ella misma busca los mecanismos para restablecerlo. Hemos aprendido a amar con el corazón, a despedir a nuestros difuntos con el alma, a valorar cada día lo que la vida nos permite vivir; a saborear cada bocanada de aire sin mascarilla y a maravillarnos de las pequeñas cosas que el día a día nos trae.

¡Si! ¡Hemos aprendido! Creo que tu misión está cumplida.

Te perderás en los siglos de la eternidad, pero paradójicamente quedaras en nosotros como una huella imborrable y tu historia pasará de generaciones en generaciones como un recuerdo que muchos de los que aún no han nacido, no comprenderán, pero que con el tiempo aprenderán de él.

“Au revoir”!

El 2020 nos enseñó a valorar cada día lo que la vida nos permite vivir.
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El 2020 nos enseñó a valorar cada día lo que la vida nos permite vivir.
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