Dulces de alta costura creativa

Arribálzaga cuenta que fue en los años 50 del siglo XX cuando los estadounidenses empezaron a crear empresas cuyo objetivo era confeccionar pasteles muy atractivos a la vista, y ahora que "vivimos en un mundo tan visual la pastelería no está exenta a ello. El consumidor espera que el pastel no solo tenga un sabor delicioso sino también una imagen apetecible y colorida". 

Tesoros a mordiscos Y ese es el objetivo de Patricia Arribálzaga que, desde su taller Cakes Haute Couture, ha decidido introducir las últimas tendencias de moda y diseño para convertirlas en tartas decoradas, pasteles joya que el paladar atesora en cada bocado. Se formó como repostería tradicional y luego estudió pastelería con los mejores maestros franceses, fue entonces cuando se dio cuenta de que podía vincular "el arte y el diseño con el sabor", asegura. Alta costura comestible, pura artesanía para grandes ocasiones. 

"La tradición sajona dejaba los pasteles más secos. De forma pionera, decidí que había que introducir el buen sabor de la pastelería a este tipo de creaciones, y comencé a utilizar chocolate, frutas...", diseño único y excelentes ingredientes "cuidando mucho las terminaciones, como hacen los buenos creadores de alta costura", apunta esta licenciada en Bellas Artes. 

Pasteles y tartas que reproducen preciosistas bordados de vestidos de novia o el ramo de flores en azúcar para una boda; texturas y cremas que se funden en la boca dejando sabores de siempre, pero también otros nuevos como el de un cóctel. Cupcake de uva y vino Chardonay, Macarons Green Apple Martini, Selva Negra con una base de cerezas y decorada con flores de encaje de azúcar son algunas de sus creaciones. "No podría, entre todas ellas, elegir la que más me gusta, aunque reconozco que uno de mis trabajos más inspiradores han sido los pasteles de boda para el enlace de la diseñadora Maya Hansen", asegura la pastelera. Repostería de alta costura pastelera.

 P.Arribalzaga/Lunwerg Veinte pasteles para cada una de las mesas de los invitados, cada uno con un sabor especial, inspirados en los corsés creados por Hansen. Alta costura comestible, pura artesanía para grandes ocasiones, que, sin embargo, en sus libros intenta acercar a los aficionados con instrucciones claras y un lenguaje "simple, como si se tratara de una enciclopedia", un concepto que recupera en su último libro 

"Pasteles de Alta Costura" (Ed.Cúpula). "Me gusta hacer sencillo lo complejo para que la gente no se sienta intimidada", advierte, e indica que todo el mundo nace con una vertiente creativa y cada uno "debe dejar salir esa aspiración". La vista siempre influye en el apetito y si hablamos de repostería esa relación se multiplica con efecto inmediato.