Por decir algo… pero muy en serio.

No son tiempos normales los que estamos viviendo, la verdad. Más que “anormalidad” se podría decir que, por la magnitud de los acontecimientos, todo esto parece una pesadilla orquestada por la brujería ilustrada de los gobiernos corruptos, podridos e indecentes, empeñados en afinar los sistemas de dominio del rebaño, al terrorífico modo orwelliano…

En realidad, era eso lo que se esperaba, y no otra cosa, de la basura política que se autodenomina “izquierda”; Esa socialdemocracia perdida en el fango alemán que, cuando llegan al poder, ponen en práctica su “momento histórico para la gobernanza”:

El historischer Moment für die Regierungsführung desplegado por Angela Merkel y su compinche pro-ruso, Gerhard Schröder, conocidos ambos por la inteligencia británica (MI6) como los diseñadores de una nueva Europa antiamericana y antijudía sin necesidad de mancharse las manos…

Es normal que Vladímir Putin se muera de risa cuando es capaz de desarticular, con tres movimientos de ajedrez, la famosa “unidad ilusoria” de una Europa insolidaria de mercachifles posmodernos.

En la CIA y en el Mossad, están asqueados de esta basura de políticos europeos por cuenta propia… Siendo, como es la Unión Europea, un don nadie en el tablero mundial.

El gran espectáculo socialdemócrata de adoctrinamiento y de guerra perpetua contra las democracias liberales lideradas por Estados Unidos es una fórmula posmoderna “local” de conseguir el poder mediante el “bautizo” indiscriminado de todos los sectores conservadores del espectro político, tildándolos y señalándolos a todos como “Fascistas” sin excepción alguna.

España es un buen ejemplo… Y el incompetente inquilino de Moncloa, Pedro Sanchez, es la figura adecuada para descubrir que un estado de emergencia constante es “le moment historique de la gouvernance” al gusto del vecino Emmanuel Macron, el delicado y guapo mancebo contable que conquistó el “trono” de Francia; cuyo lema fundamental en su vida siempre ha sido: d'abord moi et ensuite moi...

Sin comentarios. Como diría el filósofo francés, Jean Baudrillard: «no son necesarios» ...

En el ámbito doméstico, a los socialdemócratas españoles, se les deja hacer como obedientes neoliberales que siempre han sido; pues como insiste el genial filósofo francés de la “seducción”: «La apariencia política lo es todo y el “laisse faire” doméstico da un aire de independencia a los patriotas nostálgicos» ...

El gran filósofo del simulacro político y de la simulación economicista, dejó bien claro que «En un buen espectáculo de desastre humanitario, emergencia sanitaria y caos social, se pueden imponer todas las políticas económicas y hasta cualquier dictadura»

Al fin y al cabo, a Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, lo único que le interesa en estos momentos es un Consejo europeo “monocorde” al gusto de Alemania y para ello es necesario que sus “Altísimas excelencias” como Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, sean figuras de reconocidas limitaciones intelectuales en el terreno de la geopolítica y con una absoluta ignorancia en política Exterior...

Quizás ahora los lectores, los queridos españoles del noble espectro Conservador, no se espanten cuando el “coleta” y su clerigalla de parásitos, gestados y paridos en la Complutense, manipulan a las masas de ignorantes presentándose como defensores de los pobres o de los desgraciados obreros de todo el planeta.

Lo hacen junto al compinche del PSOE con un despliegue espectacular de estrafalarias ideologías del inframundo bolivariano y de todo ese “gangland” caribeño de traficantes de narcóticos, propuesto por la decadente socialdemocracia como modelo de gobernanza; sin siquiera mantener el decoro necesario en el gran teatro de la política.

Políticos corruptos fáciles de manipular bajo el influjo del poderío indiscutible de la diversidad y con patente de corso para arremeter contra cualquier país que se niegue a aceptar las aberraciones geopolíticas y migratorias dictadas por Berlín y puestas en práctica por la dictadura de Bruselas. Sí… dictadura.

Ahora, no solo te amenazan desde Bruselas si eres crítico con los idiotas incompetentes ejerciendo tu sagrado derecho a la libre expresión de las ideas, sino que intentan hacerte responsable del llamado por esta gentuza: «déficit democrático» en el Consejo Europeo.

Discreto eufemismo para gilipollas incurables que provoca la carcajada en Washington, ya que ninguno de los integrantes del Consejo Europeo, y ninguno de los políticos de las siete “Altas Instituciones” de la Unión Europea ha sido elegido democráticamente, por nadie...

No es por hacerle un “feo” a la Unión Europea, no es por sembrar la alarma, ni por provocar, ni por meterme en camisa de once varas… Es que estamos creando un monstruo que nos llevará, en el mejor de los casos a la desintegración política, al desastre económico y al colapso de la Unión Europea.

Y en el peor escenario, a la invasión militar de potencias hostiles para fagocitar todo el Oeste del continente Euroasiático… Washington se está cansando de una Europa dirigida por payasos hacia el oscuro precipicio de la guerra.

Una continua decepción del Pentágono por los ignorantes y chovinistas advenedizos franceses; y un grave estado de alerta de inteligencia militar en la CIA por los traidores alemanes que están jugando a ser espías de China; así como un profundo asco por la Unión Europea, en Jerusalem…

En primer lugar, porque Washington está padeciendo los ataques continuos de un supuesto aliado europeo que torpedea a la Secretaría de Estado U.S.A. en todas sus políticas exteriores y en su economía.

Y en segundo lugar porque el Estado judío, la única democracia que existe en Oriente Medio, es vilipendiada desde Bruselas; y es Bruselas quien financia con 30 millones de euros a los terroristas islámicos de la Yihad mahometana; y a los asesinos chiítas, persas, a todos los que quieren destruir a Israel.

Será un desliz… digo yo… podría tratarse de una locura transitoria del “Altísimo representante, Josep Borrell” pero me comunica un oficial de inteligencia del US Marine Corps, de la base naval de Rota, que los políticos europeos actuales están destruyendo la Unión, a saber:

«Son antisemitas y antiamericanos, están hundiendo la Unión Europea», «Usted, Becker, habla de 30 millones de euros, pero yo hablo de 5.000 millones de dólares propuestos por Borrell para que el FMI financie a la Venezuela de los narcotraficantes con esa cantidad, y a los clérigos asesinos del islam en Teherán con otros 5.000 millones de dólares».

Estos altos representantes de Bruselas, más altos que el Altísimo que está en el Cielo, creen estar iluminados por una ética galáctica incomprensible para los estadounidenses, y por una moral muy superior a la “media” del género humano.

Esta élite de Bruselas no ha dado un centavo ni a España, ni a Italia, ni a nadie cuando tienen el triste récord de contaminación vírica mundial en decenas de miles de españoles, franceses e italianos y otros europeos. La ayuda solidaria de Bruselas “brilla” por su ausencia.

El 70% de los españoles se ha tenido que fabricar su propia mascarilla, porque aún hoy, no hay reparto de nada… El acaparamiento y el robo descarado entre todos los países de la Unión Europea, provocan la vergüenza internacional.

La frivolidad en Bruselas, no tiene límite alguno. Dejemos claro que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos reza implorando a Dios, todos los días, para que la Unión Europea sea capaz de sostenerse en pie a pesar de esta basura de políticos.

Porque por pura lógica militar, la Europa Occidental es la única cabeza de playa para que los aliados pudieran acudir con ayuda ante un ataque militar de China, de Rusia, o de los asesinos del Islam…

La frivolidad continúa, porque nadie esperaba que un virus, muy mal manejado por por los laboratorios del dictador comunista de Beijing, Xi Jinping, y peor manipulado por el Partido Comunista Chino, fuera el desencadenante de un final casi apocalíptico de todos los sueños globalizadores del capitalismo mortuorio.

En la pragmática del conductismo social como fuente científica de las relaciones sociales, nadie habría imaginado, nunca, que nuestra ciudad, que nuestro barrio, que nuestras madres, o nuestras mujeres, hubiesen declarado su particular estado de emergencia para fabricar mascarillas protectoras contra el virus.

Sí… las mascarillas no llegan nunca. No han llegado todavía. Mientras ellas, nuestras queridas mujeres, trabajan con la máquina de coser convirtiendo nuestros hogares en una suerte de “cottonopolis” ante el perverso y criminal acaparamiento del material médico más elemental para la supervivencia.

Hemos aprendido en este infierno de pandemia que parece no acabar nunca, que la condición humana que describía el profesor de filosofía, George H. Mead, de la Universidad de Chicago, sigue vigente y en auge: «que la naturaleza social de la experiencia y de la conducta siempre muestra el “first me and then me" en cualquiera que sea el escenario de la miseria humana o del caos».

La segunda oleada de infecciones ya está atacando en todo el planeta, otra vez por la incompetencia del comunismo chino; aunque los servicios de inteligencia occidentales ya no hablan de negligencia criminal solamente pues es de interés estratégico de Beijing, que todos sufran las mismas penalidades si existe una competencia económica mundial...

Están “igualando por lo malo” como la primera vez que aparece el Coronavirus en China… ¿Por qué? porque hay una guerra en la zona gris de la que nadie quiere hablar.

Vamos a padecer otra pandemia mucho más agresiva; sin que la Unión Europea reaccione, sin que su élite de Bruselas actúe con la superioridad moral que ellos se atribuyen. Indiferentes e imperturbables ignoran a los europeos mientras alimentan el odio de los yihadistas mahometanos y de los asesinos chiitas de Teherán.

He visto todo tipo de muertes. No encuentro nada raro ni extraordinario en que un ser humano deje esta vida en un accidente de carretera o ahogado en una piscina o morir a balazos; en una mesa de quirófano, en una unidad de cuidados intensivos, en un elegante centro médico privado, en un dispensario para pobres de solemnidad; o en la solería de los pasillos de un hospital público.

Pero nada más estremecedor que contemplar un asilo de ancianos abandonado por todo su personal. Los cadáveres de muchos seres humanos que murieron en soledad, sin atención alguna.

Al modo en que John Locke sugería promover y afianzar el capitalismo como sistema productivo y el liberalismo democrático como sistema de pensamiento que lo respalda, solo nos queda que Estados Unidos consiga reponerse de esta pandemia para liderar una Europa podrida desde sus cimientos.

Felipe VI, rey de España, debería advertir, o recordar, a Bruselas que el Reino de España es casi dos mil veces más antiguo, viejo y sabio que la Unión Europea y que nuestra riqueza cultural es incomparable. No podemos ni queremos dejar atrás ese bagaje como tampoco podemos deshacernos de nuestros errores tirándolos por la borda.

Bruselas debería tener en cuenta que el capitalismo mortuorio desplegado por sus políticos de medio pelo no servirá de herramienta manipuladora para que el Banco Central Europeo nos “machaque” con rescates y otras argucias financieras posmodernas a fin de ganar legitimidad frente a los poderosos.

Sabemos que el coronavirus es peligroso, implacable y que sabe matar… En una segunda oleada de infestaciones puede acabar con la vida de decenas de miles de españoles.

Pero nuestra vieja historia nos ha enseñado que no hay peor virus que la corrupción política. Y miramos hacia Bruselas porque allí viven los buitres que revolotearán sobre las cabezas de los que hayan sobrevivido.

Esa será la peor de las pandemias.