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Virgen de la Altagracia.
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Virgen de la Altagracia. (Foto: Fuente externa)

A propósito del XXII Concierto Altagraciano

Por Arismendi Vásquez
domingo 26 de enero de 2020, 00:37h
Es muy plausible la celebración del concierto altagraciano el 18 de enero, como cada año, por el Obispado Higüeyano con los auspicios del Banco Popular, en la Basílica Nuestra Señora de la Altagracia, de Higüey.

La reseña publicada en casi todos los medios, expresa:
Los artistas y funcionalrios del Popular.
Los artistas y funcionalrios del Popular. (Foto: Fuente externa)
El Banco Popular Dominicano y el Obispado de Higüey celebraron la vigésima segunda edición del Gran Concierto Altagraciano, a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional y bajo la dirección del maestro José Antonio Molina.

En esta ocasión, el evento cultural contó con la participación especial de la soprano dominicana Natalie Peña Comas; el oboísta Dejan Kulenović y el coro de cámara del Ministerio de Cultura Koribe, dirigido por la directora coral Nadia Nicola.

Esta tradicional velada musical se realiza cada año en la Basílica de Higüey, en honor a la Virgen de La Altagracia, madre protectora de la República Dominicana.

Los asistentes al concierto disfrutaron obras de autores dominicanos como Papa Molina, Luis Rivera, Manuel Sánchez Acosta, Toño Abreu y del maestro José Antonio Molina, con piezas como “Obertura Yaya” y “Abril 21”. Asimismo, se les deleitó con una variada muestra de obras magistrales de reconocidos compositores internacionales como Astor Piazzolla, Ennio Morricone, Giacomo Puccini y Pietro Mascagni.

Otro párrafo señala que, “Previo al concierto, los clientes e invitados especiales asistieron a un cóctel en la Casa del Obispado de Higüey, encabezado por Monseñor Gregorio Nicanor Peña, obispo de la Diócesis de Higüey, y el señor Eduardo Grullón, presidente de la Administradora de Fondos de Pensiones Popular (AFP Popular), filial de Grupo Popular”.

Magnífico gesto.

Lo que no entendemos es por qué si la Virgen de Altagracia es la Patrona del pueblo dominicano, y por tanto, patrimonio cultural de todos los dominicanos, solamente parte del clero y un reducido grupo de invitados especiales disfruta este concierto, lo cual refuerza la aseveración popular de que la música clásica es para disfrute de una élite.

¿Por qué este concierto no se hace abierto al público, en la explanada frontal de la Basílica, para que sea disfrutado por todo el pueblo, sin diferencia de clases ni condición económica? O en su defecto, que sea transmitido simultáneamente por un canal de televisión de alcance nacional.

Lo de la fiesta es entendible, ya que usted invita a compartir en su casa a personas de su simpatía y confianza.

Este concierto contradice las siguientes declaraciones del maestro Molina, publicadas en El Caribe, el de 6 agosto del año pasado:

“José Antonio Molina, quien celebró en el 2019 su primera década como director de la Orquesta Sinfónica Nacional, señaló en el espacio “Pégate y Gana con el Pachá” donde fue reconocido por su trayectoria y aportes a la cultura nacional como “Estrella por Siempre”, que “la música clásica no se hizo para una “elite”.

“Yo he sido un abanderado siempre de la inclusión, y he entendido siempre que la música clásica no se hizo para una élite. Es para que la consuman todos y cada uno de los ciudadanos de nuestro país”, manifestó.

Argumentó que la música clásica no es un privilegio de algunos “sino un derecho que tienen todos los dominicanos de acceso a ella”. (José Antonio Molina: “La música clásica no se hizo para una elite”. Publicado en El Caribe, 6 agosto, 2018).

Recordamos que en la década de los ochenta, Codetel auspiciaba los “conciertos en cuerpo de camisa” con la Orquesta Sinfónica Nacional, en los barrios más paupérrimos de la capital y algunas provincias. En una ocasión, al finalizar la velada celebrada en la explanada debajo del puente de la 17, donde asistieron moradores de Guachupita y otros barrios aledaños, la maestra de ceremonias quiso agradecer los entusiastas aplausos de los presentes con una repetición del tema que más les gustó. Pidió al público que cuál pieza querían que repitiera. La mayoría, casi a unanimidad, pidió el Brindis de la Traviata, el cual escucharon esa noche por primera vez.

Como se puede apreciar, cuando al público ignorante le ofrecen un producto musical de calidad, lo asimila aunque no lo conozca.

A propósito de este comentario, a continuación reproducimos los párrafos básicos de una comunicación enviada a Ivonne Haza el 28 de diciembre de 1989, con motivo de ser designada por la entonces Codetel, Directora de la Unidad de Arte y Cultura.

“Sería interesante y muy beneficioso para la juventud dominicana, que Codetel patrocinara la difusión por televisión, del curso de cultura musical que imparte cada año el profesor Julio Ravelo De la Fuente, en el Teatro Nacional. Para tales fines, dicho curso puede ser filmado en video y llevado a la pantalla chica semanalmente, los domingos por la noche, durante el tiempo que sea necesario (unos 4 ó 5 meses), lo cual contribuiría a la formación culturo-musical de miles de jóvenes y adultos que no pueden asistir en días de semana a los cursos que imparte el Profesor Ravelo, personas que luego acudirían a las presentaciones de conciertos y espectáculos clásicos en las diferentes salas del país, lo que impediría en consecuencia, que sucumba en nuestro país la difusión de música clásica, como bien se quejara recientemente el maestro Carlos Piantini.

Don Julio Ravelo tiene elaborado un proyecto completo sobre este curso.

En conversación que sostuve con él hace unos meses, cuando le visité para exponerle mi inquietud en tal sentido, me informó que esta idea fue recogida por el Lic. Hatuey Decamps cuando fue Ministro de la Presidencia, quien le llamó a su despacho y puso a su disposición las organizaciones musicales estatales (OSN, Coro Nacional Conservatorio, etcétera) para que desarrollara este interesante proyecto. Le explicó Don Julio, haber experimentado una honda frustración, por cuanto, luego de haberse iniciado la filmación de las primeras entregas de dicho curso, el proyecto fue boicoteado por el entonces director de Radiotelevisión Dominicana, por cuyos canales iba a transmitirse el programa, por instrucciones del entonces Presidente de la República.”


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