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Claves para vivir feliz

Claves para vivir feliz

martes 26 de agosto de 2014, 20:32h
Entender el proceso de la muerte me ha dado las mejores claves para vivir feliz. Suelo decir que he aprendido mucho de la vida a través de la muerte. Porque, cuando tomé conciencia de lo imperecedero de nuestro verdadero ser versus lo efímero de nuestro cuerpo físico, en ese mismo momento me liberé de un enorme miedo que, como a muchos, no me dejaba vivir a plenitud: el miedo a morir.
Fuente: por Elizabeth Baralt para MiamiDiario
Así lo cuenta Elizabeth Baralt para nuestros aliados de Inspirulina.

Y no es que ahora ando por ahí retando a la guadaña para demostrarle que no puede conmigo. Todo lo contrario, la miro con respeto cada vez que se aparece y aprovecho esos momentos para tomarme una dosis doble de amor. 

Estar plenamente consciente de que somos seres espirituales aprendiendo a vivir dentro de nuestros cuerpos -hasta que estos ya no funcionen y tengamos que salir de ellos para seguir nuestro rumbo eterno- ha sido uno de las mayores enseñanzas que he recibido.  Y también me ha permitido encontrarle un sentido mayor a mi vida. Se acabaron aquellos pensamientos recurrentes que me impedían ver las bendiciones a mi alrededor solo porque "nada vale la pena si, al fin y al cabo, nos vamos a morir". 

Ahora entiendo que ese que habla dentro de mí, ese ser superior que me guía cuando hago silencio para escucharlo, ese que acalla mis pensamientos, es el que realmente existe; y no la figura que veo cuando me paro frente al espejo. Y ¡vaya que me gusta verme al espejo! Pero, también, cierro los ojos a diario, el mayor tiempo posible, para encontrarme con esa voz interior que me arrulla y me susurra la verdad. Se trata de afinar bien el oído para no perder ni una palabra; y la mayoría de las veces, ni siquiera son palabras sino sensaciones, percepciones, imágenes... señales que no se pueden describir con el abecedario. 

Yo no soy especial ni diferente a nadie. Todos somos seres divinos encerrados en nuestros caparazones; algo así como aquellos maravillosos seres de la película Cocoon, dirigida por Ron Howard. Aquí estamos todos juntos, jugando un juego con reglas muy sencillas, tan sencillas que resultan increíbles para la mayoría. 

Gracias a mi maestro John-Roger aprendí tres reglas que -después de mi experiencia con la muerte de mi hijo- se me presentaron más poderosas y fundamentales:

- Cuídate a ti mismo para que puedas cuidar a los demás.
- No te hieras a ti mismo, ni hieras a los demás.
- Usa todo para tu elevación, aprendizaje y crecimiento. 

Esta tercera regla ha sido la más retadora para mí al momento de ponerla en práctica. Porque, cuando John-Roger dice "Usa todo...", se refiere a todo: lo que parece bueno y lo que parece malo. "Todo" puede ser una alegría y también un sufrimiento; los encuentros y las despedidas; la aprobación y el rechazo... Y hasta la muerte de un ser amado.

¿Cómo utilicé un dolor tan profundo para mi elevación, aprendizaje y crecimiento? Con enfoque y constancia, pude elevar mi espíritu hasta entender el proceso de la muerte; aprendí que la vida es hermosa e infinita; y he crecido en amor y paz interior. Repito, yo no soy un ser especial. Simplemente, la vida me dio una trompada para que me ubicara mejor en este gigantesco tablero donde estamos jugando millones de seres humanos. Pude haber elegido el drama y el sufrimiento por encima del amor y la luz. Pero no. Mi voz interior se encargó de aumentar el volumen de sus susurros y de hacerme escuchar esa verdad con mucha fuerza. 

Y aquí estoy, en un continuo aprendizaje, buscando la sencillez de la vida, persiguiendo la felicidad en cada palabra hermosa, en cada sonrisa, en las montañas, el cielo azul y la brisa del mar. Pero también, en las reacciones rudas, en las situaciones retadoras y en la oscuridad. La vida siempre sigue siendo bella.

Si deseas escuchar la entrevista con la autora en Inspirulina radio haz clic aquí.
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