"Nuestro mensaje es que de ninguna forma envíen a sus niños no acompañados, ni en los trenes ni por medio de contrabandistas", dijo Obama, advirtiendo que éstos pueden ser asesinados o convertidos en víctimas del tráfico sexual durante su travesía hacia Norteamérica.
El presidente aseguró que aquellos menores que llegan de forma irregular tienen muchas posibilidades de ser enviados de vuelta, aunque reconoció que cuando lleguen de países con los que Estados Unidos no tiene frontera, se abre un "largo proceso" para ser deportados.
Bajo la ley federal, los menores inmigrantes indocumentados procedentes de países distintos de México no pueden ser devueltos inmediatamente. En lugar de ello, se requiere que las autoridades estadounidenses cubran sus necesidades básicas, incluidas las sanitarias, antes de liberarlos para que acudan a un tribunal de inmigración.
Obama entiende que la afluencia de este año refleja "la desesperación y la violencia que existe en algunos de estos países de América Central", mientras que los opositores --mayoritariamente republicanos-- dicen que las políticas de inmigración laxas que ha implementado el Gobierno "han agravado el problema".
Fuente: Miami Diario.