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Diaz-Canel
Diaz-Canel (Foto: Fuente externa)

Díaz-Canel: No habrá diálogo con EE.UU. mientras mantengan la "actitud aberrante"

Por Agencia EFE
lunes 17 de septiembre de 2018, 20:00h
El mandatario ofreció una entrevista en exclusiva de Telesur, emitida en diferido y supuestamente grabada días atrás, que ha acaparado interés en Cuba al ser la primera que concede el presidente, de 58 años. A lo largo de más de una hora y media, el jefe de Gobierno repasó diversos asuntos de actualidad, desde el nuevo proyecto de Constitución del país hasta los retos económicos y los efectos del embargo de EE UU sobre la Isla.

La Habana.- El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, descartó este domingo que pueda haber diálogo entre su país y Estados Unidos mientras se mantenga la "aberrante actitud" de la administración de Donald Trump hacia la Isla.

"Queremos diálogo, pero tiene que ser entre iguales, que se nos respete y no se nos condicione nuestra soberanía y nuestra independencia, porque no aceptamos imposiciones y no estamos dispuestos a hacer concesiones"

Díaz-Canel consideró que habría que preguntarle a su homólogo estadounidense "si quiere dialogar con Cuba, y si quiere hacerlo no puede ser desde una posición prepotente", a la vez que insistió en que el problema no es con el pueblo estadounidense, sino con las maneras en que los gobiernos de ese país "han actuado contra la revolución".

Reconoció que hoy, aunque se mantienen algunas vías abiertas de diálogo, "las relaciones están en retroceso", mientras que con Obama en la presidencia los dos países pudieron "conversar y colaborar, mantener una relación civilizada pese a las diferencias ideológicas".

"El diálogo se construye entre dos, no se puede aspirar a un diálogo entre desiguales, en tanto haya prepotencia, hegemonismo, presión, y una parte condicione a la otra a que tiene que renunciar a su soberanía e independencia", insistió.

El mandatario calificó de "totalmente inaceptables" las medidas de la nueva administración que restringen de nuevo los viajes de estadounidenses a la Isla y prohíben las transacciones y negocios con una larga lista de empresas vinculadas al poderoso estamento militar.

También negó que su país tenga algo que ver con los misteriosos incidentes de salud sufridos por los diplomáticos estadounidenses en La Habana, un caso que ha tensado aún más las relaciones bilaterales y para el que los investigadores de ambos países no han encontrado aún una explicación científica.

"Han creado toda una falacia con esos supuestos incidentes. Nosotros no hemos atacado a nadie. Si en un lugar se respetan y protegen los derechos de los extranjeros y en particular los de los diplomáticos es en Cuba", aseguró, y apostilló que Cuba no ataca, sino que se defiende de ataques, terrorismo y campañas difamatorias.

"Lo que más golpea la vida cotidiana de los cubanos y la vida económica y social es el bloqueo impuesto por EE UU, que es una práctica brutal, atenta contra un pueblo condenado a morir de hambre

El gobernante arremetió asimismo contra el embargo que el país vecino mantiene sobre la Isla, "una práctica brutal" que constituye, a su juicio, el principal obstáculo al desarrollo y la prosperidad de Cuba, un país que "no es una amenaza para nadie".

"Lo que más golpea la vida cotidiana de los cubanos y la vida económica y social es el bloqueo impuesto por EE UU, que es una práctica brutal, atenta contra un pueblo condenado a morir de hambre, de necesidades", argumentó Díaz-Canel.

El Gobierno, en su informe más reciente, valoró en 933.678 millones de dólares los daños causados por el embargo a la Isla desde 1960, según un cálculo basado en la depreciación actual del dólar frente al valor del oro.

Díaz-Canel denunció que el "bloqueo" estadounidense "impone normas" extraterritoriales en la relación del mundo con el país que repercuten en el flujo de capitales y las inversiones, que cuestan "mucho trabajo porque hay muchas presiones" de Washington.

Según el mandatario, generaciones enteras de cubanos han nacido y crecido en "condiciones de resistencia", una actitud a la que atribuyó también la -a menudo criticada- lentitud y cautela de la dirigencia del país a la hora de tomar decisiones de importancia.

"Nosotros no somos una amenaza para nadie, tenemos vocación de justicia social, por construir un país mejor", subrayó.

Además, defendió el deseo de Cuba de seguir avanzando pese a ese escenario adverso, "conscientes de que dependemos de nuestro empeño y esfuerzo".

"Que levanten el bloqueo no depende de nosotros, depende del Gobierno de EE UU, y no podemos subordinar nuestro afán de prosperidad a lo que pueda hacer un gobierno extranjero", aseveró.

El presidente también acusó a EE UU de querer imponer el neoliberalismo en América Latina y de prevenir que el ejemplo de Cuba "se repita" en la región.

"Han tratado de fracturar la unidad en los mecanismos de integración" de la región como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), afirmó.

"Los americanos no quieren que Cuba se repita en ningún lugar de América Latina", aseguró el mandatario, quien específicamente acusó al Gobierno de Donald Trump de "presionar a los pueblos" de la región mediante estrategias políticas y económicas para adoptar "una posición contraria a Venezuela".

Aseveró que, en connivencia con la oligarquía venezolana, EE UU ha tratado de desestabilizar el Gobierno de Nicolás Maduro mediante "guerra no convencional", promoción de la "violencia dentro de la sociedad" y "bloqueo económico y financiero".

Remarcó, sin embargo, que los adversarios del Gobierno de Maduro "se golpearon con la puerta" ya que éste "sigue resistiendo".

Díaz-Canel también valoró el triunfo electoral logrado hace dos meses por el político izquierdista mexicano Andrés Manuel López Obrador, a quien definió como "una esperanza para México y también para América Latina y el Caribe".

El presidente opinó que la inminente llegada al poder del aún presidente electo mexicano, prevista para el 1 de diciembre, contribuirá a equilibrar la "correlación de fuerzas" en la región en el ámbito político.

También dijo de López Obrador que "tiene un compromiso tremendo con la renovación de México" y se esforzará para promover el desarrollo en materia económica y social.

El presidente opinó que la inminente llegada al poder del aún presidente electo mexicano contribuirá a equilibrar la "correlación de fuerzas" en la región en el ámbito político

También en el ámbito internacional aludió al papel de Cuba como anfitriona del proceso de paz de Colombia, al haber sido sede de las conversaciones entre el Gobierno de ese país y la guerrilla de las FARC, culminadas en 2016, y acoger ahora los diálogos con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), actualmente en suspenso.

"Tenemos que apoyar la lucha por la paz en Colombia", expresó el presidente, tras subrayar su deseo de que "las partes puedan conversar y resolver" sus diferencias.

En cuanto al proyecto de reforma constitucional, Díaz-Canel aseguró que la eliminación del término "comunismo" no es una "renuncia" al estar implícito en el socialismo.

El presidente aludió a las ideas del filósofo alemán Karl Marx, quien planteó el socialismo como un paso previo a alcanzar la meta de la sociedad comunista, al argumentar que "comunismo y socialismo están íntimamente relacionados" y "cualquiera de los dos términos implica el otro".

En este sentido, defendió que, casi seis décadas después de imponerse el actual sistema de inspiración soviética bajo el liderazgo de Fidel Castro tras el triunfo de la Revolución de 1959, el país está hoy "más cerca de la construcción socialista, que es compleja y amplia".

Lo que no será modificado respecto a la actual Constitución de 1976 es el poder absoluto del Partido Comunista de Cuba, que se mantendrá como la "fuerza dirigente superior" del Estado, en un intento de blindar el sistema al prevenir la irrupción de otras fuerzas políticas.

Díaz-Canel aseguró que las generaciones jóvenes del país "se identifican con la revolución y con el partido" y por tanto están a favor del sistema que prohíbe otras fuerzas políticas al margen del PCC.

Díaz-Canel aseguró que las generaciones jóvenes del país "se identifican con la revolución y con el partido" y por tanto están a favor del sistema que prohíbe otras fuerzas políticas al margen del PCC

Preguntado por temas del proyecto de reforma constitucional que han resultado polémicos en el debate como los límites a la concentración de la propiedad y la riqueza, señaló que la discusión está en lo que "debe estar en la Constitución y qué en las leyes y los procedimientos".

A su juicio es "el debate y la sabiduría popular quien va a decir la última palabra".

Se mostró de acuerdo asimismo, tal y como propone el borrador de la reforma constitucional, en modificar la definición de matrimonio en el texto, lo que abriría las puertas a la eventual aprobación de una ley que avale el matrimonio igualitario.

El gobernante sostuvo que coincide con el enfoque del reconocimiento de ese tipo de unión entre personas "sin limitaciones" porque el país y las concepciones van cambiando. "No estamos en una burbuja de cristal y vamos viviendo realidades", comentó.

En los últimos años, dijo, "hay una evolución en el pensamiento", a la vez que defendió que no exista "ningún tipo de discriminación", pero también reconoció que con "honestidad" están apareciendo distintas posiciones en relación con esa propuesta que aún subsisten en la sociedad cubana.

La Iglesia católica y las iglesias evangelistas presentes en el país caribeño se han mostrado abiertamente en contra de la modificación constitucional que allanaría el camino al matrimonio homosexual.

El presidente reveló también que habla "prácticamente todos los días" con Raúl Castro, líder del Partido y su antecesor en el cargo, con el que tiene una relación "muy personal".

"A veces estoy sintiendo que es como un padre que me está guiando y que a la vez nos está dejando caminar, hacer sin dejar de cumplir sus funciones y su jerarquía como (primer) secretario del Partido"

Según Díaz-Canel, Castro, de 87 años, está pendiente de "con qué intensidad" él trabaja, así como "de todo lo que se hace", y "aconseja de manera muy sincera y sin el menor atisbo de una vanidad, de imponer o de limitarnos en algo".

"A veces estoy sintiendo que es como un padre que me está guiando y que a la vez nos está dejando caminar, hacer sin dejar de cumplir sus funciones y su jerarquía como (primer) secretario del Partido", manifestó.

Díaz-Canel afirmó que el pueblo cubano "está muy consciente de que Raúl está presente, está activo y está siempre al tanto, de todo lo que está sucediendo".

Por ello, consideró que "en todo lo que se hace hay una comunidad de compromiso del Partido, del Gobierno, de la Nación, con el pueblo" y dijo que se siente "muy seguro" al igual que los integrantes del Consejo de Ministros y del Gobierno "por tener esa línea, esa conducción y por la manera en la que él educa".

"Él está pensando también en la continuidad de la Revolución, en el futuro de la Revolución, cuando generaciones que ninguna, ni la mía ni las futuras, van a tener el mérito histórico que pudieron alcanzar Fidel (Castro), Raúl y la generación que ellos lideraron".

Además, resaltó el "ejemplo" y el "mucho compromiso" que para él representa el "estar transitando, dando los pasos por los caminos que ellos abrieron, caminando detrás de dos gigantes".

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