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Guillermo Caram
Guillermo Caram

La antorcha la tiene Danilo, Leonel tiene Cerillos

Por Guillermo Caram

miércoles 28 de mayo de 2014, 02:36h

Hablar en parábolas tiene desventajas: suscita  interpretaciones diversas y contrapuestas a las intenciones del autor. Más aún cuando el autor de  la parábola padece estado de confusión que no le permite ubicarse adecuadamente en el posicionamiento que tienen. 

Es el caso de la parábola sobre la antorcha del liderazgo que quema dibujada por Leonel Fernández con la intención de advertir, para disuadir, a sus competidores internos en el PLD. Pero al hacerlo, no ponderó que su situación no corresponde al posicionamiento como él se percibe puesto que no es él quien tiene la antorcha en el presente, sino Danilo. Él pudiera tener una especie de cerillo frente Temistocles Montas, Reynaldo Pared y su esposa, entre otros;  pero no quien domina las preferencias según todas las encuestas es el actual presidente de la República.

En otras palabras, al elaborar y difundir pues la parábola del quemado por el arrebatamiento de la antorcha, Fernández actuó como si fuera el depositario de simpatías mayoritarias, nacionales y correligionarias; cuando solo lo es frente a los demás presidenciables del PLD excluyendo a Medina. Por eso cuando se incluye al Presidente de la República, y aplicando la misma receta de la parábola, quien puede  quemarse al intentar arrebatarle  la antorcha es el autor de la parábola.

No es la primera vez que Fernández tiene que  recurrir a argumentos y subterfugios frente a su otrora par, el Presidente Medina, evidenciando con ello que está colocado a la defensiva dentro de la competencia biunívoca entre ambos. Recordemos que ante resultados de encuestas anteriores insinuó que el liderazgo predominante de Medina sobre él radicaba en el uso de recursos públicos, sin percatarse que con este argumento auto-descalificaba del liderazgo que  una vez ostentó y el que todavía tiene.  

Ahora se ve compelido a competir contra antiguos discípulos y/o subalternos que aspiran brillar con luz propia apartándose del astro que le sirvieron de reflejo; a los cuales está destinado, en este caso, el mensaje subliminal de la antorcha - que por estar destinada a dirigentes peledeístasemergentes más bien convendría calificarla de cerillo - el cual inspiró la parábola emitida con la esperanza de desanimarlos.

La presente parábola forma parte de los  pronunciamientos, al igual que otros previos, destinados a procurar una industriosa ofensiva para superar la imagen y acorralamiento en que está colocado por haber encabezado la administración más corrupta y deficitaria que ha sufrido la nación desde que se restableció la democracia en 1966.

Otros elementos de esta industria lo constituyen el mover tentáculos nacionales tras leyes, resoluciones y sentencias que le favorezcan, desvíen atención y/o lo protejan; así como   internacionales para desarticular críticas procedentes del escenario que reverencia expresadas en informes y eventos donde se evaluarían su gestión. Hoy incursiona en redes sociales para informar cuando antes se aislaba tanto que llegó a desdeñar influencia mediática. Y por supuesto no ceja al ofrecerse presencialmente ante eventos internacionales y/o tecnológicos que constituyen su preferencia.

Pero lo que más contundentemente confirma que la antorcha la tiene Danilo, son los resultados de las  encuestas Gallup - Hoy.

Ante la pregunta sobre quien percibe como  presidente dominicano en 2016 el empate técnico observado queda convertido en triunfo de Medina al ponderar la prohibición constitucional de re-postularse, la cautela presidencial sobre su modificación y los contrastes entre la pasividad danilista y el híper-proselitismo leonelista.

Ante la pregunta de quién debía ser el candidato en el PLD, más de la mitad de los dominicanos considera que debe ser el actual mandatario, a pesar de la prohibición constitucional vigente; mientras que solo el 18% de ellos, es decir casi tres veces menos, consideraron a Fernández. De paso, este 18% es cuatro veces menos que lo que  disponía Fernández en 2006, dos años de las elecciones del 2008 en que fue reelegido; con lo cual evidencia una franca decadencia.

Dentro de sus partidarios, las preferencias presidenciales por Medina duplicaron, en la encuesta citada, a las de Fernández: (50% contra 26%)

La aprobación al gobierno de Medina (82%), un porcentaje que Fernández nunca alcanzó; y equivale a un 33% superior a la que tenía en 2006.

La percepción sobre la corrupción es hoy tres veces mejor que cuando gobernaba Fernández en su segundo año del gobierno iniciado en el 2004.

Menos dominicanos ven que las cosas van por mal camino y mas dominicanos consideran que estarán mejor al final del gobierno en comparación con momentos similares de la gestión del presidente Medina.

Nos encontramos pues en un franco proceso de declinación de Fernández frente a Medina.

Las expresiones de la parábola sobre la antorcha que quema solo es aplicable como si excluye de la ecuación al Presidente Medina, en cuyo caso pasaría a ser cerillos pues solo se compararían con los chicos que aspiran confirmar que el PLD es una fábrica de presidentes.

De incluir al Presidente Medina,  lo arriba indicado demuestra que él es quien tiene la antorcha y que en consecuencia, aplicando la parábola  Fernandista,  quien puede terminar quemándose es el autor de la misma si intenta arrebatársela a  quien la posee.

Quedando evidenciado, una vez más, la auto-descalificación del autor de la parábola como líder que no diagnostica adecuadamente su propia situación.   

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