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Educar con métodos hostosianos 1/2

Por Antonio Sánchez Hernández
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jueves 04 de mayo de 2017, 12:39h
EDUCAR CON MÉTODOS HOSTOSIANOS 1/2
Cuando Inglaterra realizó la primera revolución industrial del mundo en su industria textil, entre 1825 -1848, contaba con un 40% de analfabetos y un 70% de familias pobres. Pero su élite educativa e intelectual era exquisita: tenían escuelas económicas, filosóficas, científicas, musicales, sociológicas y artísticas de renombre internacional. Esa élite hizo la diferencia e Inglaterra se convirtió en el país exportador de textiles más importante del mundo en pleno siglo XIX, y uno de los países principales en el siglo XX y XXI, en el área industrial y tecnológica.

Las historias de los países más ricos del mundo comprueban una ley de hierro del desarrollo económico. Ningún país puede llegar a ser rico si no tiene un tiempo muy largo, un siglo por lo menos, de buen rendimiento económico: es decir, altas tasas de crecimiento anual del P.B.I. con una inflación de precios baja y otro tiempo semejante de crecimiento demográfico mucho más lento que la propia inflación.

NUESTRA ESCUELA HOSTOSIANA

En República Dominicana hasta 1953, en la escuela pública fundada por Eugenio María de Hostos en 1895, el niño cantaba, estudiaba música y un idioma extranjero, hacía deportes, aprendía el idioma español sin faltas ortográficas, adquiría destrezas y habilidades manuales en las escuelas urbanas de artes manuales (plomería, electricidad, talabartería, trabajos en madera) y aprendía a sembrar y cosechar en los huertos escolares de las escuelas rurales, con menos de un millón de habitantes de mayoría rural.

Esa escuela pública de Hostos produjo un enorme impacto en la educación primaria, secundaria y universitaria hasta la mitad del siglo XX, hasta 1953, todavía con mayoría rural, cuando Trujillo, por estrictas razones de conveniencias políticas y personales la erradicó.

Todavía se recuerda con nostalgia la calidad de esa escuela pública, que unía teoría y práctica educativa. Eso explica la enorme calidad de nuestros educadores de entonces: en un país de abrumadora mayoría rural, práctica y teoría educativas estaban unidas en los campos y ciudades, a través de huertos escolares y de escuelas de artes manuales y se desarrollaban ampliamente los cinco sentidos del estudiantado. Se producían en las escuelas públicas cinco destrezas: destrezas laborales, destrezas artísticas, destrezas musicales, destrezas idiomáticas, destrezas deportivas. Una verdadera tanda extendida en un país verdaderamente pobre que produjo intelectuales prominentes en el siglo XX.

1953: EL FIN DE UNA ESCUELA PÚBLICA CON CALIDAD

Cuando Trujillo destruyó los huertos escolares en el campo y las escuelas de artes manuales en las ciudades, hechuras de Hostos, creó las condiciones para que una escuela pública de bajo rendimiento fuera el presente de las generaciones actuales en el siglo XX1.

Cuando Trujillo separó la teoría de la práctica en la educación pública, se crearía un ciudadano conformista, incapaz de dialogar, un ciudadano para el monólogo, en las generaciones venideras. De entonces para acá, de 1953 al 2017, se crearía una comunidad educativa sin destrezas evidentes y además, autocrática por origen, cosmopolita por necesidad e ingenua por formación. Desapareció de la escuela pública, mayoritaria y pujante bajo Hostos, el semillero natural para crear intelectuales y ciudadanos creativos, de primera categoría.

Desde entonces los niños de las zonas rurales no aprenden a trabajar la tierra, no viven de la agricultura: viven en el campo pero no quieren ser más agricultores, sino motoconchistas. Lo mismo ha sucedido en las zonas urbanas: cuando se destruyeron las escuelas de artes manuales, se creó una educación ciega, sorda y muda. La escuela pública urbana no condiciona lo suficiente al joven en lo laboral, en lo artístico, en lo musical, en lo idiomático y en lo deportivo. No ha valido el Plan Decenal: la escuela pública es pura teoría y cero comprobación. Al destruir a Hostos, Trujillo se convirtió en el precursor de la mediocridad de la escuela pública en R. D. en el presente.

2017. UNA EDUCACIÓN EN VÍAS DE DESCOMPOSICIÓN

Los profesores tienen que ser reeducados, desde la primaria hasta la universidad. El partidismo político clientelista debe ser sacado de las escuelas públicas. Ha demostrado ser nocivo: donde pisa, como Atila, no crece la yerba. Hace hoy 64 años que se destruyó la escuela de Hostos. El resultado en el 2017 es que de cada diez niños que se inscriben en el primer curso del nivel primario, tan solo cuatro de ellos terminan el sexto grado y los otros seis restantes desertan de la escuela. Esos cuatro niños restantes que no desertan, en el nivel básico no aprenden a hablar y redactar con propiedad. Tampoco adquieren una destreza técnica. No conocen nada del valor de la ecología y de la conservación de los recursos naturales y solo uno alcanza el grado de bachiller. Es decir, uno de cada diez estudiantes que inician la escuela primaria, termina el bachillerato, once años después, en un derroche impresionante de recursos estatales y familiares. Ese estudiante solitario, mal preparado, sin dominio del idioma español, sin conocer el valor de la ecología y la conservación de los recursos naturales, sin destrezas musicales, artísticas, deportivas e idiomáticas, sin habilidades manuales, es nuestro actual estudiante universitario, proveniente de la escuela pública y mayoritariamente, de ineficientes escuelas privadas, y se inscribe generalmente en la UASD o en otras universidades privadas, cuando los recursos lo permiten.

RESULTADO: NUESTRAS UNIVERSIDADES NO INVESTIGAN EN EL MUNDO PRODUCTIVO

Nuestras universidades vegetan, casi todas, con un insumo primario y secundario mal preparado en la escuela pública, donde no reciben las cinco destrezas necesarias y con profesores mal pagados. Decía el ex – presidente Hipólito Mejía, en el período 2000-2004: Los gobiernos de los países africanos invierten en educación más del 6% de su Producto Bruto Interno. Entonces R.D. invertía en educación sólo el 2,7% del PIB, menos de la mitad de lo que se invertía en África. Ahora, invierte un 4% del PIB en educación. Se comenzó la tanda extendida. A partir de la tanda extendida, se esperan mejores resultados en la escuela pública. Si el diagnóstico educativo está claro, nada nos impide invertir en un Plan educativo de largo plazo, en una educación primaria y secundaria pública con más escuelas y mejores profesores, reclutados sobre todo en las universidades, como se hace en los países del primer mundo y en los países de desarrollo medio.

Educar mejor es posible. La clave de una mejor educación en R.D. consiste en unir la teoría educativa con la práctica REAL, como lo demostró durante más de cincuenta años, el sistema educativo
implantado por la escuela de Hostos, creando con apoyo de la tanda escolar, destrezas laborales, destrezas artísticas, destrezas musicales, destrezas idiomáticas y destrezas deportivas en cada joven dominicano.
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