No se sabía a ciencia cierta cuál habría de ser la capacidad de convocatoria de los organizadores y, mucho menos, los efectos de la manifestación. El evento ya se produjo, ahora se trata de analizar que sucedió y cuáles pueden ser sus consecuencias más inmediatas.
Santo Domingo.-La Marcha por el Fin de la Impunidad, convocada por un grupo de organizaciones de la sociedad civil, creó muchas expectativas.
No se sabía a ciencia cierta cuál habría de ser la capacidad de convocatoria de los organizadores y, mucho menos, los efectos de la manifestación. El evento ya se produjo, ahora se trata de analizar que sucedió y cuáles pueden ser sus consecuencias más inmediatas.
La marcha se dio y se dio con mucha gente. Fue ordenada y masiva. Para tratar de contrarrestarla el gobierno insistió en su carácter político y en su posible recuperación por los partidos de la oposición, a fin de atemorizar a posibles concurrentes y disminuir con ello su impacto.
Eso no funciónó. Los partidos fueron prudentes. Invitaron sus simpatizantes a asistir pero no trataron de apropiarse del acontecimiento. No hubo banderas ni consignas partidarias. Reinó un espíritu cívico entre los asistentes, que parecían contentos de estar todos allí, en un ambiente ordenado y, en cierto sentido, familiar, según reportan diversos medios de prensa.
Un análisis de la composición de los participantes en el acto denota que hubo una presencia mayoritaria de la clase media. Aunque los sectores de menores ingresos también caminaron por las calles de la ciudad, no fueron el factor decisivo de la manifestación desde el punto de vista numérico.
Hubo muchos jóvenes también. Quizás era la primera vez que muchos de ellos participaban en una actividad como esta, de carácter cívico y político, al mismo tiempo. En tiempos en que se habla de la apatía y el desinterés de los jóvenes por los temas de carácter social, o colectivo, este es un hecho que debe ser considerado.
Si las clases medias y la juventud fueron los dos actores fundamentales de la marcha del 22E eso habrá que tenerlo en cuenta. El PLD fue el partido de la clase media y de la juventud. Haciéndose su abanderado logro desplazar los dos principales partidos del liderazgo político tradicional hasta alcanzar la hegemonía en el espectro político nacional.
Hasta qué punto están cambiando las cosas? No lo sabemos. Lo que sí es seguro es que estamos en una situación política distinta después del domingo pasado.
Si (
No(
