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Cerezos de primavera
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Cerezos de primavera

Por Antonio Sánchez Hernández
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antonioasanchezhgmailcom/16/16/22
http://antoniosanchezhernandez.com/
miércoles 02 de noviembre de 2016, 13:07h

INTRODUCCION


Cerezos de Primavera, realidad y ficción, son muchos relatos y cuentos de una misma historia: en su primera parte, es la historia cotidiana de la vida de una familia del Cibao Central, que primero fue vegana, inmediatamente después, santiaguense, que tuvo como norte progresar de manera honesta, estudiando y trabajando como se estila normalmente. En estas historias, los recuerdos vividos desde la infancia, adolescencia, edad adulta y edad madura, tienen un narrador, Joselito Soto, que navega en medio de todos esos recuerdos, los organiza y los convierte en Relatos de Familia, en Cerezos de Primavera.


En esta primera parte de Cerezos de Primavera, estamos hablando de la existencia de un núcleo familiar sumamente unido, compacto, solidario y protector, donde no hay fisuras. Cuando falta el padre, el gran proveedor, los hermanos mayores trabajan y dirigen la familia, con el apoyo solidario de los tíos. La familia es nuevamente un universo de sangre agigantado.


Se trataba se salir de la pobreza, de sacarle el cuerpo a la escasez, pero no de cualquier modo, sino del modo honesto: trabajando. Estamos hablando de la R.D. de l945-1960, cuando la mayoría de la población era rural.


En la segunda parte de estos relatos de Cerezos de Primavera, se sigue haciendo camino al andar: Moscú, París, D.F. de Méjico, son transiciones importantes para la reflexión moderna, actual, de modo que estos relatos no se limiten a este importante período dominicano de mayoría rural, sino que se proyecten en un cuerpo de ideas, propias de la edad adulta, en plena guerra fría, con mayoría urbana. Es una vez más, un convite de ideas de grandes escritores, nacionales e internacionales, de la edad madura, donde Joselito Soto organiza sus propios pensamientos, y los incorpora a sus relatos en este moderno mundo europeo, que va desde el 1963 al 1970 en la ciudad de Moscú, del 1971 al 1975 en la ciudad de París, y del 1980 al 1982 en la ciudad de México.


Son relatos nueva vez basados en la memoria y la ficción. Son treinta años de relatos de vida, justo una generación, una transición real, sobre el mundo dominicano urbano y europeo, realidad y ficción de sus observaciones y recuerdos, de las realidades mundiales de esta época recién pasada, a partir de sus propias vivencias personales. Sin buscarlo, Joselito Soto, al abuelo narrador dominicano, aprovecha la oportunidad para incluir en estos Cerezos de Primavera, el relato de parte de su entorno recorrido, de sus propias vivencias y las vivencias de sus propios hermanos, para de esta manera poder entrar con júbilo, en las luces y en las sombras de la sociedad dominicana de hoy: en las luces y en las sombras del presente, viviendo ahora en un nuevo país de servicios, la R.D. sin guerra fría, con militares educados, con democracia de partidos, con crecimiento económico.

Joselito Soto fue preparado por su familia para viajar por el mundo. Eso hizo. Hasta que se cansó de viajar y de vivir en el extranjero y regresó a su país. En realidad, es más fácil irse que regresar sobre todo ahora cuando el dominicano clase media normal se hizo un ciudadano del mundo.

CIUDADANOS DEL MUNDO

Joselito Soto, el abuelo narrador, creía entonces, en plena guerra fría, al igual que millones de jóvenes en todo el planeta, que el comunismo era la juventud del mundo, que era también un Cerezo de Primavera. Ahora, cuando el tiempo ha pasado de forma inexorable, y los hechos políticos reales dijeron que no era así, que existirá otra economía política, pero basada en el mercado bursátil, solo le queda preguntarse ¿Y si el mercado actual, globalizado. no da para más, tal cual está organizado? ¿Ruinas en el primer mundo? Una economía mundial de servicios donde a los ricos del primer mundo que la dirigen, se le cayó su propio marco teórico, y la tecnología se le fue adelante.


Joselito Soto cree que es hora de escribir este libro de relatos, con la esperanza de traducir en palabras en palabras, propias y ajenas, el tipo de familia que tuvo, la educación europea que pudo adquirir, las sociedades donde vivió, y donde siempre se adaptó al país anfitrión, - no importa el país que fuera-, sin prejuicios, como lo hace casi siempre bien el dominicano ausente en Europa y en Estados Unidos, hasta el tope, al punto que llega a conocer medianamente o perfectamente bien, el idioma del país donde vive, y a través de su idioma, conocerá una pequeña parte de esa cultura y de su identidad, de su estilo de vida. De manera tal que la piel propia, caribeña, quede frotada, con el aroma y la fragancia de una o varias identidades nueva.


Cerezos de Primavera resultó ser suma inacabado de relatos, de ficciones sobre nuestra pobreza secular, trasfondo de identidad de este mundo criollo y del mundo internacional, que tuvo como referente literario un tiempo de haberse vivido, un tiempo de haberse pensado, un tiempo de haberse escrito y ahora un tiempo de publicarse. En realidad cada quien escribe para recuperar una inocencia perdida.

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