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Tierra.
Tierra. (Foto: Fuente externa. )

Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono

viernes 16 de septiembre de 2016, 12:01h
El próximo mes, los firmantes del Protocolo de Montreal de 1989 sobre las sustancias que agotan la capa de ozono, se reunirán en Kigali, Ruanda, para considerar una enmienda al tratado, con el fin de seguir reduciendo gradualmente y finalmente eliminar, el uso de hidrofluorocarbonos (HFC).
Montreal.- El Protocolo de Montreal fue establecido con el fin de tomar las medidas necesarias para reparar la capa de ozono, que es la que protege toda la vida en el planeta, de los niveles letales de los rayos ultravioletas.

Hasta ahora, ha tenido un éxito notable, ya que cerca de 100 productos químicos que destruyen la capa, han sido retirados del mercado en las últimas tres décadas.

Los HFC, que tienen una alta participación en el efecto invernadero antropogénico (inducido por el hombre), se utilizan comúnmente como refrigerantes en los acondicionadores de aire y en varios sistemas similares de todo el mundo.

La enmienda sería una gran ayuda para el desarrollo sostenible y podría evitar la liberación de unos 200 millones de toneladas de emisiones que alteran el clima para 2050.

Eso sería suficiente para ayudar al mundo a recorrer una cuarta parte del camino, hacia el logro de que el calentamiento global no supere los 2ºC, meta establecida en el acuerdo de la COP21.

Los HFC también serán un tema central en la próxima gran conferencia sobre el cambio climático, la COP22, que se reunirá en Marruecos en noviembre de este año.

Se espera que los gobiernos que se preparan para reunirse en Kigali, entiendan la necesidad de una enmienda fuerte en el uso de los HFC, lo que daría un impulso a otros temas de la COP22, tales como los objetivos de desarrollo sostenible.

El agujero de la capa de ozono que se encuentra sobre la Antártida se está cerrando y según las últimas estimaciones, podría recuperarse completamente para el 2065, con el ahorro que ello conllevaría de miles de millones de euros en costos globales de cuidado de la salud y del Medio Ambiente.

Los nuevos resultados, publicados por los Investigadores de la Universidad de Leeds y el Massachusetts Institute of Technology (MIT) de los EEUU en la revista Science, muestran que el tamaño medio del agujero de ozono se ha reducido en más de 1,7 millones de millas cuadradas desde el año 2000 (unas 18 veces el área del Reino Unido).

Gran parte de esta mejora se debe a que se están utilizando alternativas inocuas para la refrigeración, en vez de los productos clorofluorocarbonos. Pero al no haberse eliminado por completo, siguen siendo un problema.

Algunos HFC resultan 4.000 veces más potentes que otros gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, por lo que son un desastre para el cambio climático, afectando especialmente la capa de ozono.

La introducción gradual de sistemas de aire acondicionado y refrigeración más eficientes es sin dudas la mejor decisión que se podría tomar.

Esa es una de las metas de dicha reunión y se espera que muchos países sigan el ejemplo de los que ya han comenzado a transitar el camino del cambio.

Muchas naciones, entre ellas algunas de las integrantes de la Unión Europea, EEUU, Belice, Burkina Faso, Colombia, Uruguay, Egipto, Serbia y Yemen, ya reconocen estos beneficios de largo alcance y están tomando medidas unilaterales para eliminar los HFC.

En el sector privado, los gigantes minoristas como Nestlé y Tesco se han unido al Foro de Bienes de Consumo, una iniciativa de cooperación por el clima y acordaron eliminar gradualmente los productos con HFC.

Las Naciones Unidas y Greenpeace, a través de un gran proyecto llamado: "Refrigerantes, Naturalmente!", están trabajando con multinacionales como Coca-Cola, Pepsico, Redbull y Unilever para a hacer lo mismo.

Un acuerdo fuerte de todas las naciones que participen en Kigali, añadiría un impulso vital a estos esfuerzos y quizá, proporcionaría apoyo financiero a aquellos países que quieren decantarse por estas nuevas tecnologías menos contaminantes, pero actualmente no se lo pueden permitir.

La perspectiva es que todos los países (participen de la reunión de Kigali o no) tendrán que encontrar una forma de reducir los HFC y los efectos de sus consumos energéticos sobre el Medio Ambiente, a través de planes de acción nacionales y de cumplir con lo acordado en el marco de la COP21 de 2015 en París.

La realidad es que el planeta se calienta y este hecho ya está teniendo un efecto devastador en algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo y si no se toman medidas perentorias, los desastres se sumarán y magnificarán.

Si el mundo pretende tener éxito en la minimización efectiva de las emisiones globales de forma rápida, para evitar que el cambio climático alcance niveles catastróficos, reducir drásticamente el empleo de los HFC es uno de los más sensatos primeros pasos.

Fuente: ecoticias.com


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