El llamado de Dilma a luchar por la democracia y la justicia luego de su deposición

Santo Domingo.- Tal como se esperaba, la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, fue despojada de su cargo por un Senado muchos de cuyos miembros están siendo investigados por corrupción, en lo que a todas luces aparece como resultado de una trama política y un golpe de Estado.

La sustituye el vicepresidente Michel Tremer, su antiguo compañero de boleta que decidió abandonarla y aliarse con la oposición para ocupar su puesto.

Luego de su derrocamiento la respuesta de Dilma ha sido enfática al declarar que su separación de la presidencia de la Republica entra en la historia de las grandes injusticias.

Se condenó a una inocente y se consumó un golpe de Estado mediante una farsa legal, dijo. Explicó que las medidas anticorrupción que ella impulsó llevaron a los políticos corruptos a aliarse con la oposición para tomar el poder y “escapar del brazo de la justicia”.

Desde 2002, primero con Luiz Inacio Lula da Silva y luego con la propia Rousseff, el Partido de los Trabajadores (PT) había venido gobernando Brasil. Sus políticas sociales incluyentes beneficiaron a millones de brasileños.

Los grupos dominantes tradicionales no les dieron tregua a los gobiernos petistas. Apoyándose en errores del gobierno y en medio de un debate sobre la corrupción del sistema político, la oposición ha logrado hacerse del gobierno y se propone aplicar sus políticas a pesar de no haber ganado las elecciones.

“Sesenta y un senadores sustituyeron la voluntad expresada por 54,500,000 votos”, explica Dilma, precisando que “una poderosa fuerza conservadora y reaccionaria, con el apoyo de una prensa partidista y corrupta” se ha apoderado del gobierno para “ponerlo al servicio del más radical liberalismo económico y del retroceso social”.

Para la presidenta derrocada el golpe no solamente estuvo dirigido contra ella y su partido sino contra el pueblo y toda la nación. De ahí su respuesta cuando dice que todos “deben luchar juntos contra el retroceso, contra la agenda conservadora, contra la extinción de los derechos, de la soberanía nacional y por el pleno restablecimiento de la democracia”.