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El cerebro político

Por Jose A. Silié Ruiz
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joseasilieruizhotmailcom/14/14/22
lunes 16 de mayo de 2016, 11:09h
El Psiquiatra Adolf Tobeña, es catedrático de Psicología Médica y Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor de varios libros relacionados con el cerebro, la política y la conducta humana. Sustenta la teoría de que los científicos en España se han excluido en gran medida del debate social, opinando que Santiago Ramón y Cajal, durante años, escribió en forma regular en los diarios españoles, mucho antes de que le dieran el Premio Nobel, siendo un diseminador y un opinante regular sobre temas médicos de actualidad. Gente como Gregorio Marañón y otros científicos médicos tenían tribunas que en la actualidad no existen. No pretendo yo comprarme con estos prohombres de la España del siglo pasado, pero los buenos ejemplos deben imitarse y no les niego que refirman mi condición de opinante y diseminador del conocimiento médico-científico, y en particular de temas de mi especialidad como neurólogo, son de las cosas que me animan y dan fuerzas para tratar este tema que por demás es muy complejo y de grandes polémicas en el mundo científico y político.


Hace mucho tiempo, unos 100,000 años, nuestros antepasados aún estaban en áfrica y no habían comenzado el éxodo por el planeta, mientras los neandertales se expandían por todo el mundo. La población de seres humanos se redujo a 2,000 individuos, al borde de la extinción. ¨Para sobrevivir, tuvieron que aprender a cooperar, a ayudarse unos a otros, a formar equipos para cazar y defenderse de animales más fuertes¨, cuenta Scott Atran, antropólogo de la Universidad de Michigan. Nuestros antecesores cooperaban, eran compasivos, tenían cierta moral y justicia con aquellos que eran de su grupo y también desarrollaron mecanismos para protegerse de sus rivales. Tal vez sean esos los inicios de los partidos políticos, sindicatos, asociaciones etc. Esta evolución para sobrevivir de seguro era guida por los más audaces, por los más carismáticos, o los más atrevidos, en fin por los líderes de cada grupo.


Se ha relacionado esa actividad de aguerrido líder con la testosterona. El mencionado profesor español Tobeña, en su obra ¨Cerebro y poder¨, hace referencia al papel de las hormonas en la lucha por el poder. Se han estudiado numerosas especies, desde los insectos hasta mamíferos y al indagar sobre los engranajes de la competitividad y la agresividad se ve que las hormonas sexuales masculinas ocupan un lugar preferente. Señala el autor, que en política como en una manada, quien impone el poder es quien pone más coraje, y que esa capacidad tiene que ver en primera instancia con la testosterona, en hombres y en mujeres. En ellas añade, los niveles cotidianos de esta hormona aumentan la propensión a expresarse con agresividad verbal en contextos de competitividad. Defiende el autor, que el grado de ¨competencia¨ de un político es, de largo el rasgo más influyente en el éxito electoral. Varios estudios lo confirman, el autor habla de madurez, aire resolutivo, fiabilidad y liderazgo. También subraya que ¨´los candidatos de expresión risueña activan áreas gratificantes del cerebro y producen placer espontáneo¨.


El listado actual de las investigaciones sobre el cerebro, la conducta y la política es muy amplio, lo que nos obliga a continuar, y es lo que pretendemos hacer en próximas entregas para nuestros amables lectores, a quienes pido su generosa benevolencia para futuros ¨conversatorios¨.
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