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El crecimiento turístico de República Dominicana y los retos que no debemos perder de vista.
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El crecimiento turístico de República Dominicana y los retos que no debemos perder de vista. (Foto: Fuente externa)

El crecimiento turístico de República Dominicana y los retos que no debemos perder de vista

Por Graciosa del Valle
La República Dominicana experimenta un auge turístico, pero enfrenta riesgos similares a los de ciudades como Barcelona y Venecia, donde el turismo masivo provoca desigualdad y degrada comunidades. Se propone un enfoque sostenible que limite el impacto del turismo y garantice beneficios para los residentes locales en el futuro.

Santo Domingo.- La República Dominicana vive un auge sin precedentes en turismo, pero no podemos ignorar que en otras regiones del mundo ese crecimiento desmedido ha generado efectos negativos severos. En ciudades como Barcelona, Venecia o islas griegas, los residentes han salido a protestar contra el “overtourism”, denunciando cómo el turismo masivo eleva los costos de la vivienda, degrada el espacio público y transforma barrios tradicionales en zonas exclusivamente para visitantes.

España, por ejemplo, ha visto manifestaciones multitudinarias que claman “mass tourism kills the city” y presionan a las autoridades a limitar alquileres de corto plazo, regular cruceros y cobrar tasas de entrada en sus sitios más turísticos. En muchos casos, el turismo dejó de beneficiar a los residentes para convertirse en una fuente de desigualdad urbana: tiendas locales desaparecen, precios suben y el tejido social sufre desarraigo.

En el Caribe también se han identificado riesgos similares. La expansión hotelera en costas, la explotación desmedida del agua y la presión sobre ecosistemas sensibles —manglares, arrecifes, cuencas hídricas— son efectos documentados del turismo no regulado. Además, las inversiones en infraestructura turística muchas veces han desplazado pequeños productores y negocios locales, dejando a las comunidades con beneficios marginales.

Para que RD no repita esos errores, debemos pensar con visión sostenible: calcular la capacidad de carga de destinos, limitar el turismo en temporadas críticas, imponer regulaciones de uso del suelo y garantizar que ingresos del turismo se reinviertan en mejoras locales. El crecimiento debe estar acompañado de mecanismos sólidos de control, participación comunitaria y protección ambiental. En el momento en que el turismo deja de servir a la gente local y empieza a gobernar la ciudad, ese destino está en riesgo.

Hoy, al celebrar los récords de visitantes, también es momento de preguntarnos: ¿cómo queremos que sea el turismo en RD en 10 años? ¿Un motor de prosperidad o un agente de desgaste?.lc

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