No es frecuente y llama peligrosamente la atención que una agencia como Fitch Ratings base una calificación sobre la supuesta fortaleza financiera actual de una empresa, en función de una supuesta evolución a futuro de ésta y de un supuesto respaldo incondicional del grupo controlador, quien en cualquier momento puede cansarse de cubrir las pérdidas que de manera regular obtiene su subsidiaria en sus operaciones dominicanas.