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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante una reunión con los líderes republicanos y demócratas del Congreso.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante una reunión con los líderes republicanos y demócratas del Congreso.

Obama sigue buscando apoyos externos para legitimar un ataque "limitado" contra Siria

Por EFE
miércoles 04 de septiembre de 2013, 00:38h
El presidente de EE.UU., Barack Obama, inicia hoy un viaje a Suecia y a la cumbre del G20 en Rusia en medio de su ofensiva para lograr el apoyo de aliados extranjeros y del Congreso estadounidense a su decisión de lanzar un ataque "limitado" contra Siria por el supuesto uso de armas químicas. La acción militar en Siria "es algo que Estados Unidos, como país, necesita hacer", dijo John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes de EEUU.
Obama partirá esta noche hacia Suecia, donde realizará una visita oficial el miércoles y jueves, antes de viajar a Rusia para asistir a la cumbre del G20 en San Petersburgo. "Seremos mucho más efectivos y mucho más fuertes si realizamos una acción juntos como nación", destacó hoy Obama al pedir al Congreso que vote con rapidez y mostrarse confiado en que logrará la autorización que ha solicitado a los legisladores para atacar Siria.

El mandatario recibió en la Casa Blanca a los principales líderes del Congreso y consiguió en ese encuentro apoyos importantes, entre ellos el del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner. La acción militar en Siria "es algo que Estados Unidos, como país, necesita hacer", dijo Boehner a los periodistas, mientras la líder de la minoría demócrata en la cámara baja, Nancy Pelosi, aseguró que hay pruebas claras de que el régimen sirio llevó a cabo el ataque con armas químicas contra civiles del pasado 21 de agosto.

No obstante, el influyente senador republicano John McCain, a cuya ayuda ha recurrido Obama para obtener el respaldo del Congreso, comentó hoy en declaraciones a la cadena CBS que tiene dudas de apoyar una intervención en Siria si ésta es demasiado limitada. Numerosos legisladores, tanto republicanos como demócratas, están indecisos y otros han expresado ya claramente su rechazo a un ataque, por lo que por ahora resulta difícil augurar lo que ocurrirá cuando se produzca la votación, probablemente a partir del 9 de septiembre, fecha del fin del receso veraniego del Congreso.

"Todo el mundo entiende que la aprobación de una resolución es una batalla cuesta arriba", resumió el portavoz de Boehner, Michael Steel. Con Obama de viaje hasta el viernes, el papel de su vicepresidente, Joe Biden, en los esfuerzos para convencer a los congresistas se prevé crucial. De hecho, el vicepresidente canceló un viaje al estado suroriental de Florida que iba a realizar este jueves, según informó hoy su oficina.

Además, el jefe de gabinete de Obama, Denis McDonough, ha reclutado para que se sumen a la campaña en favor de un ataque contra Siria a antiguos asesores del presidente como David Plouffe, a su exsecretario de prensa, Robert Gibbs, y al exportavoz del Consejo de Seguridad Nacional Tommy Vietor.

En el extranjero, el aliado más firme de Obama por ahora parece ser el mandatario francés, François Hollande, quien hoy dijo que las acusaciones del presidente sirio, Bachar Al Asad, de que habrá repercusiones en caso de una intervención refuerzan su voluntad de actuar.

"Espero que juntos encontremos un lenguaje común ante este dictador", recalcó en alusión a Asad desde París el presidente alemán, Joachim Gauck, quien transmitió la confianza de la canciller Angela Merkel en que en la cumbre del G20 va a ser posible llegar a un acuerdo internacional sobre cómo responder a Siria.

El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, indicó este lunes en una conferencia telefónica con congresistas demócratas que Washington ya tiene el apoyo para una intervención militar en Siria de países como Francia, Turquía, Arabia Saudí, Kuwait o Emiratos Árabes Unidos.

También este lunes Obama habló por teléfono con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, con quien coincidió en que el uso de armas químicas en Siria "es una grave violación de las normas internacionales y no puede ser tolerado", según indicó hoy la Casa Blanca en un comunicado. Abe y Obama "se comprometieron a seguir en estrechas consultas sobre las posibles respuestas de la comunidad internacional" a ese uso de armas químicas.
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