Brasilia,
20 feb (EFE).- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se rehusó hoy a recibir
las cartas credenciales del nuevo embajador de Indonesia, país que el mes
pasado fusiló a un brasileño por tráfico de drogas y mantiene a otro en el
llamado "corredor de la muerte".
Sin embargo, y pese a que acudió a la
ceremonia, Riyanto fue informado de que la presidenta no recibiría sus
credenciales, con lo cual no podrá representar oficialmente a Indonesia en el
país.
"Creemos que es importante que haya una
evolución de la situación para tener claro en qué condiciones están nuestras
relaciones con Indonesia", declaró Rousseff a periodistas tras la
ceremonia.
Según la mandataria, lo que se hizo
"fue atrasar la recepción de las credenciales, nada más que eso".
El pasado 17 de enero, el brasileño Marco
Archer Cardoso Moreira fue fusilado en Indonesia, donde había sido condenado a
muerte por tráfico de drogas.
La ejecución se cumplió a pesar de varios
pedidos de clemencia formulados por Rousseff, quien ese mismo día llamó a
consultas al embajador brasileño en Indonesia y afirmó que "la pena de
muerte, que la sociedad mundial condena en forma creciente, afecta gravemente
las relaciones" entre ambos países.
Rousseff también ha solicitado clemencia
para Rodrigo Muxfeldt Gularte, otro brasileño que permanece en el
"corredor de la muerte" de una cárcel indonesia a la espera de que se
fije la fecha de su fusilamiento.
En el caso de Muxfeldt Gularte, las propias
autoridades de esa nación asiática han admitido que padece de esquizofrenia,
razón por la cual Brasil ha pedido que se suspenda su ejecución a fin de que
sea hospitalizado, aunque todavía no ha recibido respuesta.