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Otra vaca que no da leche

Por Néstor Estévez
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viernes 14 de octubre de 2022, 05:10h
¿Has escuchado aquello de que la vaca no da leche?
Se trata de un cuento que aporta una valiosa enseñanza. En el mismo se hace alusión a lo que un campesino contaba a cada uno de sus hijos al cumplir doce años. Aquel hombre consideraba que ese era el momento más apropiado para que la lección lograra su cometido.

El regalo de los doce años era compartirle a cada vástago lo que él llamaba “el secreto de la vida”. Para sorpresa de sus hijos, les ofrecía con una extraña información: “la vaca no da leche”. Luego, para ayudarlos a superar el asombro, el hombre humilde entraba en detalles.

"La vaca no da leche. Tienes que madrugar todos los días, sin importar que sea tu cumpleaños, si amaneció lloviendo o si es fiesta nacional. Debes salir al campo y caminar por el corral lleno de excremento, acercarte a la vaca, atarle la cola y las patas. Luego debes aplastarte o sentarte en un banquito, colocar un envase y comenzar a ordeñar. Ese es el secreto de la vida: la vaca no da leche. O haces todo eso o no la consigues".

Ese cuento hace pensar en otra vaca que tampoco da leche. Es como para hacer otra leyenda con ella. Es un adorno que ha escogido la alcaldía del municipio de Sabaneta, en la provincia Santiago Rodríguez.

Se trata de un trabajo escultural que consiste en dos vacas colocadas en un espacio público en la salida oriental de la ciudad, pintadas con colores muy vistosos. El decorado incluye siembra de especies ornamentales, remodelación del entorno, pintura de edificios, murales en paredes y otras acciones con las que la actual gestión municipal intenta marcar una diferencia.

Como suele ocurrir en esos casos, no han faltado las críticas, infundadas o no, así como tampoco la negativa de algunos vecinos para sumarse a la iniciativa. Desde gente que cuestiona el color de las esculturas hasta quienes alegan la necesidad de cambios en las prioridades del gobierno local, han sobrado los “expertos” en el asunto.

Aunque el tema ha sido “comidilla” para muchos, también merece que lo usemos para ir un poco más allá de quienes acostumbran a “tomar el rábano por las hojas”. Esto sirve para, igual que aquel humilde hombre de campo, destacar y aprovechar algunas lecciones.

1. La marca territorial se ha vuelto una valiosísima herramienta diferenciadora de lugares que deciden impulsar sus atractivos con vistas a generar riqueza y prosperidad.

2. Reputados especialistas en el tema recomiendan que la marca territorial apele a lo emocional, al tiempo libre, a aspiraciones que conecten con sensaciones positivas en los receptores de los mensajes.

3. Cuando una marca territorial ha sido bien trabajada, preferiblemente involucrando a especialistas y a la mayor diversidad posible de la población, resulta relativamente fácil alinear las acciones que la soportan.

4. Los elementos visuales tienen un altísimo poder para impactar en los destinatarios de los mensajes relacionados con la marca territorial. En consecuencia, son determinantes para fijar en las mentes de las personas ideas vinculadas a visitar, volver y hasta quedarse o por lo menos invertir en el territorio.

5. Se “cae de la mata” que la marca ha de conectar con los potenciales que estratégicamente hayan sido escogidos y priorizados de cara a mover a quienes se involucrarían activamente en el proceso de construcción del futuro deseado y posible para el territorio.

Aunque la otra vaca, la del segundo cuento, que tampoco da leche, está referida a un caso específico, lo real es que ofrece lecciones que muy bien pueden ser aplicadas en diversos esfuerzos aislados, y hasta con grandes potenciales, en otras localidades dominicanas.

Lo importante es aprovechar atinadas técnicas de comunicación y branding para promover la imagen de los territorios. Lógicamente, esa imagen debe contar con el respaldo de un plan y sobre todo con la realidad que encontrarán quienes se sientan atraídos por ella.

Un tema clave es que aspectos como la cultura, los valores, la atención al visitante, entre otros, han de implicar a los seres humanos del territorio. En definitiva, de esa otra vaca se puede conseguir leche y mucho más. Depende de qué hagamos con ella.


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