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Empresarias de Medio Oriente y el Norte de África participaron del Foro de Mujeres Empresarias que la organización Unión por el Mediterráneo (UpM) organizó en Barcelona, junto con la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI).
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Empresarias de Medio Oriente y el Norte de África participaron del Foro de Mujeres Empresarias que la organización Unión por el Mediterráneo (UpM) organizó en Barcelona, junto con la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI). (Foto: Foto Cortesía UpM.)

El emprendimiento se torna infranqueable para las empresarias de Medio Oriente

Por Agencia EFE
jueves 13 de octubre de 2022, 10:11h

Los prejuicios de género y la cultura machista muy normalizada en los países de Medio Oriente y el norte de África provocan que las empresarias se encuentren con "techos de cristal" casi infranqueables cuando quieren asumir puestos de dirección o emprender sus propios negocios.

Así lo relatan a Efeminista Ayah El-Arief y Nisreen Rashad Amirdash, empresarias de Egipto y Jordania, respectivamente, cuyo camino hacia el éxito ha estado lleno de barreras levantadas principalmente por el machismo que persiste en la región en la nacieron.

«Existe una enorme barrera cultural que hace que todavía tengamos desigualdad en cuanto a los puestos directivos para las mujeres en Egipto. Puede sorprender el número de hombres con estudios que todavía creen que las mujeres no deben trabajar y han de quedarse en casa para criar a los hijos», explica Ayah El-Arief, experta en transformación digital y fundadora y directora ejecutiva de Warrd for Information Technology.

La región de Oriente Medio y norte de África presenta la mayor disparidad empresarial del mundo entre hombres y mujeres: un 5% de empresas dirigidas por mujeres frente a una media mundial del 23% – 26%. También tiene una de las tasas de participación laboral femenina más bajas, según datos de organismos como el Congressional Research Service (CRS) o la aceleradora de ecosistemas de emprendimiento WAMDA.

«Nuestra cultura prefiere a los hombres para ocupar esos puestos, ya que es la tendencia: Gender Bias (Sesgo de género)», agrega Nisreen Rashad Amirdash, licenciada en Ingeniería Eléctrica, máster en Administración de Empresas y fundadora y directora general de Sham Projects Solutions.

El techo de cristal para las empresarias de Medio Oriente

Ambas han contado sus experiencias de vida y cómo han llegado hasta donde están en el Foro de Mujeres Empresarias que la organización Unión por el Mediterráneo (UpM) organizó en Barcelona, junto con la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI). En la cita se analizaron las causas de la discriminación de las mujeres en los negocios.

«Creo que la cultura que nos rodea sigue siendo el principal problema. Siguen cuestionando si puedes hacerlo o no. Todo el tiempo te preguntan si eres lo suficientemente buena o no, una pregunta que realmente odio, incluso cuando viene de una mujer ignorante sobre el mundo empresarial», afirma El-Arief.

El Banco Mundial asegura que además del techo de cristal al que se enfrentan las mujeres de esta región para ascender a posiciones de liderazgo, «las empresarias también están potencialmente rodeadas de muros de cristal, lo que les dificulta entrar en sectores más rentables y tradicionalmente dominados por hombres».

«Al principio siempre me preguntaban si me iba a casar o qué iba a hacer si tenía hijos… Fue una época muy dura. Incluso cuando todavía éramos jóvenes tuvimos que contratar a hombres viejos y guapos para que nos representasen y así conseguir credibilidad y firmar contratos», relata la ejecutiva egipcia.

Elarief confiesa que hace un par de años, cuando tenía seis meses de embarazo, un cliente le preguntó cómo iba a hacer el trabajo cuando nazca su bebé. «Así que después de 15 años de experiencia en gestión de empresas, seguían haciendo esa pregunta, y creían que todo se caería si yo no estaba allí. Lo siguiente fue que cancelaron el acuerdo, y recuerdo que volví a trabajar a los 10 días del parto porque tenía que grabar un programa de televisión».

Las mujeres de la región en el mundo laboral

Nisreen Rashad Amirdash asegura que aunque en su país, Jordania, se están estudiando nuevos proyectos de legislación para impulsar la igualdad en las empresas, «la participación económica de la mujer sigue siendo baja».

«Según la Organización Internacional del Trabajo, la tasa de participación de la mujer en la fuerza laboral del reino de Jordania es inferior al 15%», afirma.

En un reciente informe, la consultora PwC señala que la región de Oriente Medio y Norte de África (MENA) pierde 575.000 millones de dólares cada añodebido a las barreras legales y sociales que existen para el acceso de las mujeres a los trabajos.

Y a esas barreras se suma la falta de financiamiento que existe para las mujeres que quieren emprender sus propios negocios. Estudios citados por Unión por el Mediterráneo afirman que las mujeres de esta región se enfrentan a uno de los mayores niveles de discriminación en el acceso a los recursos productivos y financieros.

«Dado que el sector del capital riesgo está compuesto en un 92% por hombres, los prejuicios de género parecen influir en que los hombres financien a otros hombres, pasando por alto a las mujeres emprendedoras que también buscan financiación empresarial», señala la UpM.

Los desafíos para la región

Ayah El-Arief y Nisreen Rashad Amirdash coinciden en que la falta de modelos femeninos en puestos de decisión y de políticas que realmente impulsen el ingreso de las mujeres en el sector laboral y empresarial son los principales desafíos que enfrentan estos países.

Datos de WAMDA muestran que la brecha en la propiedad de empresas establecidas entre hombres y mujeres en la región de Oriente Medio y Norte de África es de más del 40 por ciento, la mayor del mundo. Y según el Foro Económico Mundial, la región necesitará 143 años para cerrar la brecha de género al ritmo actual de progreso.

«Necesitamos que el gobierno muestre a estas mujeres y las ayude a levantarse, necesitamos tener políticas que las apoyen y no solo papeles escritos que nadie lee», dice El-Arief.

Además, afirma que se debe ayudar a las empresarias a tener acceso a eventos importantes en los que puedan conocer a quienes toman de decisiones y ayudarles a ampliar su red. Rashad Amirdash, por su parte, aboga por la mentoría a niñas y jóvenes «para que se conviertan en empresarias». «Hay que explicarles los retos a los que pueden enfrentarse en el futuro y cómo superarlos».

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