Solo 4,79 % de la audiencia captan las películas mexicanas en su país
Muchos premios y pocos espectadores para el cine mexicano
Por EFE
martes 04 de junio de 2013, 00:42h
Llueven premios internacionales al cine mexicano, pero no
van acompañados de más espectadores que acudan a ver las películas nacionales,
que no acaban de permear en una sociedad mexicana sometida a las producciones
estadounidenses. Según el Instituto Mexicano de Cinematografía en el 2012, el 45 % de los estrenos
provenían de Estados Unidos.
En el pasado Festival de Cannes y por segundo año consecutivo, un director
mexicano lograba el premio al mejor director, Amat Escalante, por su película
"Heli", una historia que habla de la espiral de violencia en la
que cae una familia cuya hija se enamora de un policía relacionado con el
narcotráfico.
Todos los focos iluminaron entonces a una generación de cineastas
que logra entrar y triunfar en prestigiosos festivales nacionales e
internacionales, pero no en las salas de cine de su país. Natalia Beristáin,
Sebastián del Amo, Sebastián Hofmann, Carlos Reygadas y Michel Franco son
algunos ejemplos.
"Tenemos un cine
que está ganando reconocimientos y un lugar en el panorama mundial y nos
enfrentamos a la contradicción de que en nuestro país, por las reglas de la
exhibición cinematográfica (...), hay muchas películas que no pueden llegar
a su público natural", dijo a Efe el director de la Academia Mexicana de
Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), Juan Antonio de la Riva.
Según datos
del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), de los 319 estrenos que hubo
en el país en 2012, 143 eran películas estadounidenses (el 45 %), pero estas acapararon el 89 % de la
asistencia. Los filmes mexicanos solo lograron el 4.79 %. "El cine
mexicano puede gustar más o menos, pero no tiene la posibilidad de que el
público sea el que lo elija, no es equitativo. Entre otras cosas, las películas de EE.UU. vienen con una campaña
fuerte de publicidad, y ahí está parte de la inequidad", añadió.
De acuerdo con la Ley Federal de
Cinematografía, los exhibidores tienen la obligación de reservar el 10% del
tiempo total para la proyección de películas nacionales en sus respectivas
salas, y además éstas tienen que estrenarse por un periodo no inferior a una
semana. Pero esta ley, explicó De la
Riva, es tan ambigua que "queda a la interpretación".
Los exhibidores, por ejemplo, cumplen la cuota
colocando las películas en salas marginales o en horarios menos exitosos y en
una semana las quitan. "La
exhibición en México está muy castigada gracias a los multicines, ya que se han
hecho alianzas muy fuertes entre las distribuidoras mayores y los exhibidores,
castigando mucho cualquier tipo de cinta pequeña", dijo a Efe el
experto Edwin Culp. Ese tipo de películas "ya están calculadas así, como
fracasos, por las exhibidoras", comentó el maestro en artes visuales y
profesor de cine en la Universidad Iberoamericana.
El
pasado año el Festival deCannes se
llenaba de México gracias a Carlos Reygadas con su "Post Tenebras
Lux", ganador del premio al mejor director, y a Michel Franco, que con
"Después de Lucía" obtuvo el galardón del jurado de la sección
"Una cierta mirada". En 2012,
solo 146,000 personas fueron a ver la primera película; la segunda, 762.900,
una cifra ínfima si se compara con los 15,9 millones de personas que fueron a
ver la cinta estadounidense "The Avengers" (Los vengadores).
Ni los festivales de cine (en México hay 82)
ni los premios internacionales (36 películas apoyadas por el Imcine
consiguieron 66) logran llamar la atención de unos espectadores que asisten en
un promedio de dos veces al año a las salas, en un país donde casi la mitad de la población vive en condiciones de
pobreza. En opinión del crítico de cine Hugo Lara, llega la
oportunidad de volverse a ganar a la gente a partir de estos premios y del
trabajo que hacen otros cineastas con propuestas más comerciales, como Gaz
Alazraki con "Nosotros los Nobles", una comedia que ha causado furor
y se ha convertido en la más taquillera de la historia del cine mexicano, con
más de cinco millones de espectadores.
El
éxito de esta comedia de temática ligera es quizás una muestra de otra de las
cosas que alejan a los mexicanos de las producciones nacionales, que muchas
abordan la realidad de violencia por la que atraviesa el país. "Hay un
público muy abundante que piensa que es algo malo, incluso negativo, estar
insistiendo en un cine que se asoma a la violencia y la miseria y prefiere un
cine evasivo, pero para todo hay gustos", señaló Lara, quien considera
"absolutamente necesario" que se sigan abordando "estos temas
duros y crueles".
Culp coincidió en
que "sería un error" que esos problemas se dejen a un lado en el
cine, "que es nuestro gran ojo de la historia". Pero más allá de la
temática, el director de la AMACC destacó la necesidad de "tomarlo en
serio y resolver este problema", revisar la ley de cinematografía, hacerla
menos ambigua, y crear alianzas con las televisiones para transmitir las
cintas. Todo para posibilitar que a los mexicanos les llegue su cine y puedan
verse en el espejo de estos creadores que los retratan como sociedad y, de esta
manera, romper las barreras que ponen las grandes distribuidoras al decirles lo
que tienen que ver.