Santo Domingo.- Mendoza, asegura que con estos artículos, inicia el recorrido hacia el cumplimiento de un sueño que se trazó desde muy joven: escribir un libro de los aprendizajes de su vida.
A continuación, presentamos las inquietudes que la llevaron a dar el primer paso y las percepciones que la inspiraron a redactar la introducción hacia esta nueva aventura.
«Desde joven siempre me tracé metas y trabajé para ellas. Una de las más acariciadas era que a los 65 años escribiría un libro de mi vida.
Mi vocación era ser periodista, pero opté por estudiar una carrera que me permitiera trabajar y estudiar porque así lo exigían mis responsabilidades de hija mayor de un hogar de 4 hermanos y un padre casado en segundas nupcias con una mujer mucho más joven que él.
Hago esta narración porque es la excusa que siempre me di para no estudiar periodismo, carrera que en mis años de juventud y aún actualmente, es muy mal paga.
La cuarentena, que me obligó a encerrarme y a estar conmigo misma, me motivó a escribir y a estudiar porque estoy redactando mi añorado libro basado en experiencias propias y con soporte de conceptos que aporten al crecimiento propio y de quienes lo lean.
Hace unas semanas mi amiga Rhina Ibert, directora del Diario Hispaniola, leyó lo que he escrito hasta la fecha y me motivó a seguir con mi propósito, porque aunque necesito corrección de estilo, sé comunicar y lo hago con espontaneidad.
Nací con un padre emprendedor que solía decirme que era mejor “ser cabeza de ratón y no rabo de león,” o lo que es lo mismo: “Ten tu negocio aunque sea pequeño”. Sé tu propio jefe. Eso hice desde temprana edad y lo cierto es que con sus alti-bajas, tengo muchas historias de logros y experiencias gratificantes que contar.
He llegado a un punto de mi vida en que lo que más añoro es tener paz interior, pero sin denigrarme como ser humano pensante, capaz de concebir ideas brillantes y enfrentar retos.
Esta expresión la hace una persona de 70 años a quien le ha tocado enfrentar muchos desafíos con sus consecuentes caídas y levantadas.
Hoy, en medio de un sin razón y muchos por qué, decido escribir para motivar a las generaciones de jóvenes y a aquellas personas que se sienten inoperantes y obsoletas para que crean que siempre se puede.
Vuelvo y repito, no todo marcha bien en mi vida. He tenido muchas fallas a lo largo de ella, pero éste es el momento de decirme a mi misma: “Margarita sigue adelante. Persigue tus sueños. Nunca es tarde”.
Te invito a que hagas una introspección y que te cuestiones: “Y yo, ¿Me ocupo de mí y de lo que me hace feliz?” Nunca es tarde. No sé que tiempo me quede de vida. Sólo sé que el señor me dio un tiempo extra después de un aparatoso accidente y hoy estoy recuperada y esforzándome por ser una mejor persona, movida por sentimientos nobles de dar.
Todos tenemos una historia que contar, pero lo más importante es que tú, retomes tu vida y entiendas que sí puedes seguir adelante y persistir en tus propósitos.
Importante que recuerdes que si vives con una mentalidad de escasez y derrota en la que te sientes víctima de las circunstancias, estás cediendo tu poder a otros.
Haz que de ti nazca una historia. ¡Dedica energía y vitalidad a todo lo que hagas!
Este es el inicio de una serie de artículos que escribiré para ustedes y que espero les motive a tener una vida de propósitos. Un vida digna de la que te sientas orgulloso(a) y que seas ejemplo para ésta y otras generaciones futuras.
En una de mis lecturas me llamó mucho la atención un texto que rezaba: “Un libro no existe hasta que no está en manos de un lector”. Estos artículos son un ensayo, un anticipo de lo que será mi libro. Se los entrego con mucho amor y con propósitos nobles de apoyarles en su crecimiento».
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