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El Síndrome de carga del cuidador (enfermos crónicos)

Por Jose A. Silié Ruiz
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joseasilieruizhotmailcom/14/14/22
sábado 04 de agosto de 2018, 23:16h

Resulta realmente doloroso el tener que tratar, cuidar y ver deteriorarse a un ser querido por días y meses, en un proceso de menoscabo de sus facultades, en el que nosotros los médicos solo podemos en esos casos dar paliativos y recomendar medidas para lograr una vida digna hasta el último aliento, y con la mejor calidad de subsistencia para ese enfermo crónico. Es el cuidador de ese ser querido, sea la esposa (o), la hija (os), las enfermeras o “las muchachas” que con ellos conviven y los cuidan por largo tiempo, los que van a padecer el llamado “Síndrome de carga del cuidador”. Este –conversatorio- está dedicado a los familiares y parientes que tienen esa dolorosa carga emocional y que están viviendo la experiencia de ver a su ser querido cambiando su comportamiento, con conductas bizarras, pasando muchas veces de la irritabilidad a una apatía indiferente, apagándosele la vela de la vida pero con tanta lentitud, que envuelve y convierte a todos los actores en parte de la enfermedad.

Como neurólogo vemos: traumas de cráneo, tumores, lesiones vasculares por infartos, lesiones hemorrágicas (derrames), enfermedades degenerativas, las demencias como la enfermedad de Alzheimer y el Parkinson avanzados, todas ellas exhiben cronicidad de síntomas y manifestaciones que mostrarán deterioro en la capacidad del autocuidado y la autonomía de los pacientes. Consecuencia de daños cerebrales importantes, que se expresarán en alteraciones mentales, motoras, en su comunicación; siendo las más importantes para el cuidador los trastornos emocionales, que van desde la depresión hasta perturbaciones sicóticas de muy difícil manejo, también la desinhibición, los trastornos del control de los impulsos y los esfínteres. En ese ser querido se hacen presentes, además debiendo mantener el apoyo amoroso a ese paciente que se deteriora.

Luego de un período de tiempo que variará de días a meses, dependiendo de cada condición individual, deteriorándose el paciente, la persona que cuida a ese enfermo, colapsa emocionalmente y aparece una pesada carga de estrés, de gran tristeza, cansancio físico e intelectual aun a mínimos esfuerzos. La ansiedad, depresión, llanto espontáneo, apatía sexual, insomnio, tristezas, trastornos de adaptación y del sueño, dolores de cabeza, mareos, trastornos gástricos, quejas, un humor amargado, etc. En fin, una gran tristeza, desidia, irritabilidad, con sentimientos de culpabilidad, resabios y victimización entre otros, hacen su aparición en el doloroso escenario mental del cuidador, es lo que se llama “síndrome de carga del cuidador”.

Es el colapso emocional de ese cuidador ante las presiones emocionales, teniendo razones muy válidas, pues los cambios involutivos del paciente, la convivencia diaria, los costos económicos, la limitación de las actividades agradables que al cuidador le generan felicidad por el permanente compromiso de cuido -a veces desmedido-, son los factores que precipitan esta condición emocional. Es “quemarse” emocionalmente, de hecho el término inglés lo define como “Burn out” que significa estar quemado. La expresión la debemos al psiquiatra norteamericano Herbert Freudenberg, quien lo describió en enfermeras y médicos de un hospital psiquiátrico. Una solución para ayudar al cuidador, que ya es entonces un segundo enfermo, es permitirle días libres, efectivas vacaciones para ese sufrido ángel, deben rotarse equitativamente las responsabilidades. En las familias generalmente solo unos pocos llevan la carga pesada, una justa distribución emocional es mandatoria. ¡Tengámosle humana consideración al sufrido cuidador!
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