Desarrollo desigual: caso dominicano

La ley de desarrollo desigual es una ley económica de toda la historia humana aunque algunos hayan querido limitarla únicamente a la historia del capitalismo, sobre todo a esta fase de globalización económica, de abismales diferencias tecnológicas entre países pobres y países ricos.

"En ninguna parte del mundo ha existido una evolución rectilínea del progreso, que parta de las primeras fases de la recolección de frutas para llegar a la empresa capitalista avanzada. Los pueblos que lograron el grado más elevado de desarrollo de sus fuerzas productivas en la etapa de la recolección, de la caza y la pesca -los esquimales y sobre todo los indios de la costa noroeste de América - no iniciaron la agricultura. Esta aparece primero en los valles provistos de agua abundante, tales como los de Abisinia, Anatolia, Afganistán, Transcaucasia y la India del Noroeste. Pero tampoco es en estas regiones donde tiene lugar el nacimiento de la civilización, que surge con el empleo del regadío. La civilización agrícola alcanza su fase más avanzada en Egipto, Mesopotamia, La India y China.

No es empero en esos países sino en Grecia, Roma, Bizancio y en Europa medieval (Italia y Flandes) donde los progresos de la productividad del trabajo agrícola conducen al artesanado y al comercio más desarrollado, dentro del marco de la pequeña propiedad mercantil. A fin de que la pequeña producción mercantil produzca la revolución industrial y el sistema de libre empresa, es preciso, empero desplazarse más al norte, a Inglaterra, país que, no obstante permaneció durante mucho tiempo atrasado desde punto de vista artesanal y comercial, y que todavía en el siglo XV11 estaba lejos de ser el más rico del mundo o de Europa. Por otra parte no es en Gran Bretaña, ni en ningún otro país capitalista avanzado donde el capitalismo es primeramente abatido, sino en Rusia en 1917, entonces país típicamente productor de trigo"(1970: Mandel).

Tampoco fue en Rusia, primer país que introdujo la economía planificada basada en la socialización de los medios de producción donde se presenció el nacimiento de una sociedad socialista perfecta, pues es conocido su involución al capitalismo. ¿Y es preciso arriesgarse a una predicción y afirmar que tampoco será EE.UU., país líder del mundo - y el que produce la mayor contaminación del medio ambiente - quién forjará la economía de servicios más sólida del futuro? Me refiero a una economía de servicios basada en el desarrollo sostenible, con energías limpias. En tal sentido, ¿Cual será el primer país desarrollado que reconciliará al hombre con la naturaleza? Valga esta reflexión para decir algo muy simple y conocido por todo el mundo: siempre han existido enormes distancias entre los niveles de desarrollo, entre distintos países y al interior de cada país, dentro de sus regiones o provincias.

Diferencias abismales.

Para 1976, en términos monetarios, la renta per cápita de los países desarrollados era trece veces superior a la de los países subdesarrollados. Para el año 2000, año de preeminencia tecnológica entre las naciones, la brecha tecnológica se amplió en treinta veces. El Reino Unido fue el país líder del mundo de 1800 a 1900, es decir, del siglo X1X. Los Estados Unidos lo serían desde 1913 al año 2017, es decir, en el siglo XX y XX1.

En su más reciente informe sobre indicadores mundiales, el Banco Mundial señala que el progreso en la lucha contra la pobreza ha sido "desigual" en el mundo y asegura que "la apertura de los servicios financieros puede llevar al desastre si el terreno no está debidamente preparado con una estructura macroeconómica sólida". El informe resalta el desarrollo desigual que separa a los ricos y a los pobres en cuanto a "desarrollo digital": las economías desarrolladas cuenta con una media de 300 computadoras personales por cada mil personas, mientras en el Tercer Mundo la media es apenas de 16. En el aspecto de riqueza y pobreza el documento explica que una sexta parte de la población mundial, acapara cerca del 80% de la renta global, a la vez que 63 naciones en vías de desarrollo, lograron apenas el 6% de la renta mundial, con una media de dos dólares al día”.( Hoy:2000).

Desde la formación de la República Dominicana nos caracterizan las luchas intercaudillistas, la vida en constantes montoneras: la riqueza y la población apenas crecieron. El siglo de oro del desarrollo dominicano ha sido el siglo XX. El azúcar hasta 1975, a pesar de la pérdida total de libertades y de la dramática concentración del ingreso del período 1930-1961. Y ahora la economía de servicios: turismo, zonas francas, telecomunicaciones, remesas, industria de la construcción: en todo el siglo XX la población creció en un 700% y la riqueza aún más, particularmente de 1960 al 2000.

Los últimos cuarenta años, los mejores en R.D.

En estos últimos 40 años del siglo XX, el P.B.I. creció en 224%, a razón de un 5.6% anual. La población en 125.2%, un 3.1% anual, con una esperanza de vida actual de 70 años y la inflación en 2.8% por año. Estos resultados de los últimos 40 años, los mejores en todo el siglo XX y de todos los siglos anteriores, nos sitúan ya como país de desarrollo medio en el ámbito internacional, con un 44% de la población por encima de los límites de la pobreza con una amplísima clase media. El siglo XX1 conocerá el fin del pesimismo dominicano y su mayor esplendor económico y social, siempre y cuando se focalicen y desarrollen amplios programas en la lucha contra la pobreza: un 56% de nuestras familias.

Para ello se precisa de un plan de desarrollo de largo plazo, conectado con el mediano y corto plazo. De planes de desarrollo provinciales y presupuestos por provincias basado en polos de desarrollo. De una férrea unidad del sector público, privado, universidades y comunidades. "El Banco Mundial estima que si se consigue un crecimiento equilibrado en el mundo y no crece la desigualdad, será posible alcanzar la meta de reducir a la mitad la pobreza mundial en el año 2015".

Esto significa, que en el caso dominicano, la pobreza podría disminuir del 56% (1999: ONAPLAN) al 23% en el 2015, siempre y cuando se focalicen programas selectivos y eficaces contra la pobreza y se logre una redistribución del ingreso basado en polos de desarrollo provinciales, como ha sucedido con el turismo, en todo el país, incorporando otros sectores productivos y de servicios.