Cómo lograr una relación de pareja... sana

He conocido parejas talentosas pero las relaciones en sus matrimonios no son una relación sana. Lo peor del caso es que si no hay una relación sana, los cimientos no van a ser sanos tampoco. No importa de dónde sea la pareja casi siempre tienen el mismo problema falta de comunicación, entre otras cosas. Una buena comunicación fortalece una relación de pareja y cuando esto se da, la comunicación mejora, estableciéndose un vinculo virtuoso que mejora la calidad de de la relación.
Para que haya una buena comunicación es necesario aprender a establecer un diálogo respetuoso y fluido; que vaya acompañado de una comunicación corporal congruente. Los estudiosos de este tema nos dicen que:"Los niños que crecen entre adultos que están en una relación de pareja sana se desarrollan mejor". Las personas en relaciones sanas son más longevas y dichosas. Uno de los problemas que encontramos en las parejas que no tienen una relación sana es su pobre comunicación. Les contaba en uno de los mensajes anteriores que los hombres y las mujeres no solo se comunican en forma diferente, sino que piensan, sienten, perciben, reaccionan, responden, aman, y valoran en forma diferente. Cuando una pareja está en una relación que edifica, que se enriquecen mutuamente, ambos se sienten a gusto con su compañía. Experimentan esa ilusión de estar juntos, de hacer las cosas juntos, de compartir las cosas buenas y las no gratas que se les presentan y, por consecuencia, tienen la capacidad de enfrentar las adversidades de una forma positiva.

Para tener una relación sana hay que conocerse y conocer cómo somos en nuestra esencia. Una de las mayores diferencias entre hombres y mujeres es la manera en que enfrentan el estrés. Los hombres se concentran en sí mismos y se apartan cada vez más, mientras que las mujeres se sienten cada vez más abrumadas e involucradas emocionalmente. Cuando las féminas tienen un problema, les gusta hablar del problema y muchas veces el esposo le dice:" Mujer cállate ya que pareces loro". Lamentablemente el no ha descubierto que esa es la forma en que ella libera el estrés. La reacción de la mujer es que no se siente escuchada, en esos momentos, lo que ella necesita es que la escuchen. Por el contrario, cuando es el hombre que tiene el problema, se encierra en sí mismo, como si fuera un caracol, a meditar en su problema buscando una solución. Como no dice nada, no habla, no comunica, la mujer piensa que está enojado con ella. En esos momentos él necesita que lo dejen tranquilo. Reaccionan muy diferente.

• Tienen buena comunicación: Los que viven una relación matrimonial sana usan la comunicación, expresándose con respeto. Se esfuerzan por manifestar sus pensamientos y sentimientos de forma adecuada, por escuchar al otro con interés genuino. Son pacientes, acepta a su pareja tal y como es: no trata de cambiarla.
• Son tolerantes: Se valoran y se admiran mutuamente. Se tratan con respeto y cortesía. Cuando tienen algún problema buscan las soluciones satisfactorias, a través del diálogo y la negociación, sin usar la imposición, la amenaza o el chantaje afectivo.
• Son comprensivos: Toman decisiones conjuntamente. Saben que pueden hablar sobre sus diferencias y llegar a una solución juntos. Escuchan y respetan las opiniones del otro. Son empáticos. No se limitan ni controlan mutuamente.
• Se conocen: Expresan sus sentimientos y opiniones de una manera sana.
• Se admiran: Reconocen los puntos fuertes de su pareja.
• Se respetan: No hacen comentarios hirientes sobre la otra persona.
• Se sienten seguros: El temor y la inseguridad no existe en su relación. Cada uno asume la responsabilidad de sí mismo, no esperando que el otro le resuelva todo el problema. Están comprometidos 100% con su pareja.
• Tienen metas en común: Trabajan en equipo saben a dónde se dirigen y qué es lo que quieren alcanzar.
• Oran o meditan juntos. Están conscientes de que la oración juega un papel importante en su relación como pareja.
• Se tienen confianza: Se sienten seguros de ser amados por quienes son y no por otra razón. Tienen fe en las capacidades de su pareja y son fieles.

Las relaciones sanas se basan en el amor, el compromiso, el respeto, la fidelidad, el afecto, la felicidad y sobre todo la presencia de Dios. Mantener una relación sana requiere tiempo, energía, pasión, entrega y dedicación: pero vale la pena.