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Te cuesta lo mismo deprimirte que sentirte feliz... ¿Cuál escoges?
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Te cuesta lo mismo deprimirte que sentirte feliz... ¿Cuál escoges?

Por Candy Román
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kandy1272gmailcom/9/9/15
miércoles 22 de febrero de 2017, 15:28h

En los días que vivimos vemos mucha gente sin fuerza, sin confianza, se sienten deprimidos y no saben administrar sus emociones. Para identificar las emociones, lo primero que se ha de hacer, es conocer lo que se está sintiendo, y elegir entre cuatro emociones básicas: ira, tristeza, felicidad y ansiedad.


Cuando estás deprimido, tu creas la depresión, cuesta el mismo trabajo sentirte deprimido que producir un estado de felicidad. La persona deprimida enfoca toda su energía mental para ver su vida de una manera particular. Sus pensamientos no son los mejores. Se hace preguntas que le sabotean, que le hace sentir mal.

Si nuestros pensamientos son determinantes en nuestras emociones, el primer paso para eliminar la depresión, es cambiar nuestra manera de pensar. Nuestros pensamiento se convierten en sentimientos y estos lo reflejamos en nuestra forma de hablar y en nuestro cuerpo. Por ejemplo: cuando ves a una persona deprimida, tiene sus hombros caídos, su mirada es hacia el piso, habla con un tono de voz sin fuerza, con tristeza. Muchas veces tiene una dieta incorrecta, pasan horas y días encerrados dentro de sí. Solo piensa en los problemas que tiene que enfrentarse y enfoca todo su potencial en las dificultades. La verdad es que se necesita un gran esfuerzo para estar deprimido y la calidad de la comunicación de la persona deprimida consigo mismo es muy pobre.


Podemos cambiar nuestro estado emocional de depresión a felicidad en solo segundos, si aprendemos a cambiar nuestra visión de nosotros mismos, si aprendemos a comunicarnos con nosotros. Una persona que sabe cómo manejar sus estados emocionales tiene una vida de éxito, y no tanto por su inteligencia o decisiones, sino porque supo qué debía hacer para controlar cada una de ellas sin que estas le arrastre al fondo del pozo. Una de las recomendaciones que sugiero es que se haga preguntas, por ejemplo: ¿Qué me hace feliz hoy?, ¿Qué cosas grandes he logrado en mi vida?, ¿De qué y de quién me siento orgulloso?, ¿En qué persona me quiero convertir? ¿Qué personas me enriquecen la vida?. Contestando estas preguntas usted está dando instrucciones a su mente para crear pensamientos positivos y se enfoque en las cosas que le dan fuerzas, que le enriquecen su vida, que le llenan de energías, y le permiten cambiar las perspectivas de su vida. Solo haciendo las mejores preguntas podremos obtener las mejores respuestas.

Esto se determina en base a nuestra conciencia sobre lo que pensamos, decimos y hacemos de cara a los demás y a nosotros mismos. Revisa como esta tu tono de voz, tu respiración, el movimiento de tu cuerpo y comienza a moverte con la energía y la convicción de que tienes todos los requisitos para tener éxito.


Para crear estados emocionales positivos no se necesita ser inteligente, ni tampoco ir a la universidad. Sencillamente es muy parecido al trabajo de un director de películas que para producir unos estados emocionales en sus cineastas, manipula y controla varios efectos de lo que oyes y de lo que ves, para impactar tu estado emocional. Por ejemplo: si desea asustarte aumenta el volumen de la música, desarrolla efectos de sonido, aumenta o disminuye la iluminación y en cuestión de segundo crea unos estados emocionales que pueden ser de felicidad, de paz y alegría o pueden ser estados emocionales llenos de miedo, tensión e inseguridad. Tu puede hacer lo mismo creando pensamientos positivos de alegría y felicidad añadiéndole fuerzas a los pensamientos que te enriquecen tu vida y eliminando los pensamientos negativos que te quitan fuerza, que te roban tus sueños y tu energía.


Hay estados emocionales que te dan fuerzas como lo son: la confianza, el amor, la seguridad interna, la alegría, la fe y todos ellos producen una fuerza inagotable que utilizados correctamente pueden ayudar a mejorar tu calidad de vida. Hay también estados emocionales que nos paralizan, como lo son: la confusión, la depresión, el miedo, la angustia, la tristeza, la frustración que nos hace ver insuficientes, impotentes, y sin fuerzas. Es vital comprender que nuestros estados emocionales tienen fuerzas para producir un cambio profundo en nuestra vida y poderla vivir con excelencia. Siempre he dicho que la conducta de las personas tiene una relación directa con los estados emocionales en que se encuentran. Necesitamos reprogramarnos para aprender a cambiar esos estados emocionales que nos quitan fuerzas: donde podamos crear estados dinámicos y estimulantes. Convencidos que se puede cambiar y que se puede vivir una vida alegre y feliz. Poder sentir y comprender el por qué, el cómo, el dónde, el cuándo y lo qué podemos hacer es la única forma de dirigir nuestras vidas, sin el perjuicio de que las emociones lo hagan por nosotros. Mientras tus estados emocionales negativos sean más fuertes y más grandes que tu visión, estarás destinado a vivir en un mundo de frustración. Te reto a que redescubra tus momentos felices, tus grandes victorias, los momentos que han marcado tu vida y te han llevado a ser lo que eres hoy. No olvidemos que las pequeñas emociones son los grandes capitanes de nuestra vida y las obedecemos sin darnos cuenta.
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