No sé ustedes, pero la ansiedad suele asaltarme en ocasiones, especialmente ante temas laborales.
A diferencia de la depresión, la ansiedad es más relativa “a lo que viene”, a lo que tenemos por delante, al futuro inmediato o no. Y la ansiedad extrema es una ladrona: me roba paz. ¿Cómo la podemos definir? Como *una reacción natural del cuerpo y la mente cuando enfrentamos situaciones que nos generan preocupación, miedo o incertidumbre* .
Todos podemos haberla sentido en algún momento, por ejemplo, antes de un examen, una entrevista, una decisión importante, un proceso de trabajo. En estos casos, puede ayudarnos a estar más atentos y preparados, ya que activa al organismo para responder mejor. Sin embargo, cuando la ansiedad aparece de manera muy intensa, frecuente o sin una causa clara, puede convertirse en un problema.
En ese punto deja de ser útil y comienza a afectar la vida diaria, causando síntomas como nerviosismo constante, cansancio, dificultad para dormir o para concentrarse. En esos casos, es recomendable buscar ayuda.
Sin embargo, aquí te ofrezco diez pautas bíblicas que pueden ayudarte a manejar la ansiedad, especialmente cuando roza los límites de lo natural y amenaza con convertirse en patológica. *Desde una perspectiva cristiana* Charles Spurgeon afirmó que “la ansiedad no vacía el mañana de sus pesares, solo vacía el hoy de su fuerza”. *Este es su problema central: nos resta fuerza para enfrentar las situaciones que la generan.* Desde la perspectiva cristiana, para ser victoriosos ante la ansiedad es necesario confiar totalmente en Dios, apoyarse en Su Palabra, y utilizar herramientas prácticas que fortalezcan la fe y el bienestar.
*Aquí algunas pautas:*
1. *Reconoce la ansiedad como parte de la experiencia humana* . Figuras bíblicas como David (Salmo 56:3) o el apóstol Pablo (2 Corintios 1:8-10) enfrentaron emociones difíciles. La ansiedad no es necesariamente un signo de falta de fe, sino una oportunidad para crecer en confianza en Dios.
2. *Busca refugio en la Palabra de Dios* . Medita en versículos que ofrecen paz y esperanza, tales como: • Filipenses 4:6-7: "Por nada estén afanosos, sino sean conocidas sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego." • 1 Pedro 5:7: "Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros." • Isaías 41:10: "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios." La Palabra de Dios y versículos como estos son un ancla que te ayudan a mantener de pie en momentos de dificultad.
3. *Ora y entrega la carga a Dios* . Acude a la oración no solo para pedir ayuda, sino también para agradecer y recordar la fidelidad de Dios en el pasado. Reconoce cuando tu corazón está lleno de preocupación y entrégale ese peso, confiando en que EL es tu refugio y fortaleza.
4. *Cultiva la confianza en el carácter de Dios* . Recuerda que Dios es soberano, amoroso y fiel. Reflexionar sobre Su control y cuidado alivia la carga de sentir que todo depende de uno mismo. Por ejemplo, en Mateo 6:25-34 se nos enseña que Dios cuida de las aves y flores, y mucho más de Sus hijos.
5. *Practica la gratitud* . Agradecer a Dios por las bendiciones diarias puede contrarrestar pensamientos negativos y preocupaciones. Si te ayuda, lleva un “diario de gratitud” para escribir tres cosas diarias por las que estás agradecido del Señor.
6. *Enfócate en el presente* . Como ya te dije, la ansiedad se centra en el futuro -inmediato o no. Jesús enseñó en Mateo 6:34 a no preocuparse por el mañana.
7. *Busca el apoyo de la comunidad cristiana, de los hermanos, de los amigos* . La carga se aligera cuando se comparte con otros creyentes (Gálatas 6:2).
8. *Cuida el cuerpo y la mente como templo del Espíritu Santo* . Estimula hábitos saludables: ejercicio físico, descanso adecuado y una alimentación balanceada. Integra momentos de descanso intencional, recordando que Jesús también buscaba apartarse para orar y descansar (Marcos 6:31).
9. *Considera ayuda profesional si es necesario* . Reconoce que la ansiedad severa puede requerir ayuda profesional. Recuerda que buscar un consejero cristiano o un psicólogo no contradice la fe, sino que complementa la obra de Dios en la vida de una persona.
10. *Confía en el proceso de sanidad que Dios provee* . Dios puede usar los desafíos para fortalecer la fe y el carácter. Romanos 8:28 recuerda que "todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios”. *La verdadera paz proviene de Cristo, sobre pasa nuestro entendimiento* . Él nos dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy" (Juan 14:27) … una paz distinta a la del mundo, porque es desde dentro, desde el corazón. *Grata Vida.*