Afirma que el órgano regulador, encargado de sancionar las prácticas anticompetitivas en el mercado, debe ser absolutamente transparente, creíble y evitar dudas sobre sus decisiones por más pequeñas que sean.
La actividad, tuvo el respaldo del Banco Mundial y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), fue auspiciada por el Ministerio de Industria Comercio y Mipymes, entre otras.