La moda no debe ser un privilegio de unos cuantos, pues es parte de la historia de cada nación. Recuerdo que desde siempre quise ser Diseñador, algo que parecía prácticamente imposible, aún cuando muy niño veía a mis Marías (mi abuela y mi mamá) sentadas en su máquina, cosiendo o cortando, sobre la misma mesa donde también comíamos, en otro momento por supuesto.
Así, nunca imaginé un día lo iba a lograr, pues aunque ahora recibo muchos aplausos, también recibí muchos reproches, porque diseñar no era cosa de chicos y aunque mucho ha cambiado este cuento, aquello de que coser es como cantar, todo es cuestión de empezar, no siempre las cosas son así. Los años pasan, pesan y nos marcan con acciones, para bien y para mal, pero casi siempre es para mejor.
En los 70's hice mis primeros disfraces, en los 80's dirigía mis proyectos de modas y ya en los 90's salí oficialmente a ser lo que soy y a buscar a traves de la moda mi mejor expresión. Sin olvidar las historias que me sirvieron de inspiración y motivación, en especial aquella linda mujer, de cabellera negra preciosa, recién llegada de New York, cuyos diseños hacían énfasis en las mangas y pintaba girasoles en los vestidos que hacía, su nombre: Mercy Jacquez, cuya visión y participación en los programas de televisión, le quiso poner nombre y apellido al oficio y encontró el soporte de muchos colegas, modelos y aspirantes a ser diseñadores.
El gobierno de aquellos años, finales del 78, le otorgó mediante decreto, la creación de la Asociación de Diseñadores de Moda de la República Dominicana y de ahí comienza la historia, que ya Farah Cabrera y Doña Hilda Kelly, maestras de gran posicionamiento y pioneras del Diseño, ambas del 1969, años de románticos encuentros entre la costura, el diseño y la artesanía, porque pintando sobre los tejidos, se realzaba con bordados los detalles y se obtenían resultados magníficos.
Así, en ese mismo año es cuando Hilda Kelly, obtiene a nivel nacional, el primer premio por su diseño del Traje Típico Dominicano, cuestionado por entonces, pero aceptado por su indiscutible elegancia, ya hoy día poco se conoce, pero en nuestras generaciones, sigue siendo referencia. La fecha se vuelve a celebrar, con notorias ausencias, una clase dividida, donde sin duda, hay ya una nueva generación, que no le interesa lo que ocurrió en el pasado, ni quienes lo hicieron primero.
Conquistan su propio espacio y no necesitan estar formados en moda, basta con ser "influencer", figura de redes sociales, estilista de modas o sencillamente tener el gusto y el deseo, además de los recursos. Colocas un producto atractivo, on line, y te puedes convertir en el boom del momento, sin proponértelo. La inmediatez, así lo determina y es proporcional al fenómeno temporal con que se viraliza cualquier cosa hoy por hoy.
Mientras seguimos observando, un nuevo modelo de comportamiento del mercado y cada vez más escavo el determinante desarrollo de marcas, vital para que una industria pueda llamarse como tal. Los alquileres, la opinión de los Styles, las compras online y las marcadas preferencias por marcas internacionales, siguen en su agitado curso, asumiendo el control, de una consumidora, que cada vez desea más, mayor efecto a un menor costo.
Mientras se siguen formando profesionales del Diseño de Modas, que no gustan de la costura, que no tendrán plazas laborales y que por sueños particulares, desean alcanzar el éxito. Que siga la rumba de la moda, al final parece, que como dice el dicho: lo que está a la moda, no incomoda.
Si (
No(
