Santo Domingo.- La Dieta Mediterránea (DM) es una pauta nutricional con propiedades beneficiosas para la salud, que se caracteriza por su tipo de grasas (aceite de oliva, pescado y frutos secos); las proporciones en los nutrientes de sus recetas (cereales y vegetales como base de los platos y carnes o similares como guarnición) Otra característica clave de la DM es su riqueza en micronutrientes, fruto del uso de verduras de temporada, hierbas aromáticas y condimentos, según la Fundación Dieta Mediterránea o FDM.
Dentro de este patrón alimentario se recomienda consumir, al menos una o dos veces a la semana, pescado azul (aquel que contiene una proporción de grasa superior al 6 %) ya que sus grasas tienen propiedades muy parecidas a las grasas de origen vegetal a las que se les atribuyen propiedades protectoras frente las dolencias cardiovasculares, se destaca en nota de EFE. El salmón (Salmo salar) es uno de los pescados azules más destacados de la dieta mediterránea, dentro de una lista que incluye a la sardina, el boquerón, el arenque, la anchoa, la trucha, el atún, el pez espada o la caballa.
Se trata de un pez de carne de color rosa anaranjado, de hasta metro y medio de largo y 30 kilogramos de peso, con un ciclo vital que resulta muy curioso, ya que nace de sus ovas en los ríos de agua dulce, migra al mar donde vive hasta la adultez y culmina su vida remontando los ríos para desovar.
Los salmones “nacen en los ríos, donde permanecen entre 1 y 5 años —según las regiones—, y salen al mar donde realizan migraciones de miles de kilómetros por Canadá o Groenlandia, y cuando alcanzan la madurez sexual, regresan a reproducirse al lugar donde nacieron”, así lo indicó la Fundación Española de la Nutrición.
“El salmón es uno de los pilares de la dieta mediterránea, considerada una de las más completas y beneficiosas del mundo”, según explica Sara Vives, nutricionista colaboradora de la compañía noruega Mowi, especializada en la cría de salmón.
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