Podemos ver el Covid-19 como una tragedia o podemos verlo como un llamado a revisarnos, a renovar los valores para corregir lo que no está bien. Este tiempo nos lleva a romper hábitos, creencias y paradigmas de lo que es importante. En dónde debemos enforcarnos, dónde debemos invertir este tiempo de reflexión. Al final nos damos cuenta cuales son nuestras verdaderas prioridades. Cuidar nuestra salud, la familia, alimentarnos bien, mantenernos fuertes espiritualmente y disfrutar este tiempo en PAZ.
Estoy segura de que puede ser un tiempo muy provechoso para meditar, revisar, reinventarnos, para cuando esto termine y nos digan pueden salir de sus casas, hacerlo con fuerza, confianza y determinación, porque todavía falta mucho por hacer.
Si no preparas un plan de despegue te encontrarás desenfocado, fuera de forma, creando nuevos hábitos que impedirán que te integres con rapidez y efectividad a tus labores. Puedes ver televisión, compartir con tus amigos por las redes sociales, hacer video conferencias. Pero si no estas consciente que puedes aprovechar este tiempo para sacarle provecho a la crisis perderás una gran oportunidad.
La crisis tiene dos caras: el dolor y la oportunidad. El dolor, el miedo, la inseguridad todo esto es real. La otra cara de la moneda es la oportunidad, es preguntarte: ¿Cómo puedo hacer una mejor versión de mi persona?, ¿Qué me falta por hacer?, ¿Cómo puedo invertir este tiempo para readiestrarme y aprender o desarrollar otras destrezas?
Este es un nuevo tiempo para reinventarnos, para reconocer nuestros verdaderos valores. Aprender a administrar nuestra inteligencia emocional, reconocer nuestros errores y empezar a corregirlos. Empezar a cuidar nuestras familias, nuestra comunidad, nuestro país y nuestro planeta.
Llegó el tiempo de crear conciencia y asumir responsabilidad con lo que hay que hacer. El planeta está enfermo porque nuestra sociedad está enferma. La curación comienza con cada uno de nosotros. Comencemos en nuestra casa, cuidando nuestra familia, educándola, orientándola. Estamos unidos, vivimos en un planeta que está conectado y tiene el poder de destruirnos si no tomamos acción. El futuro puede ser diferente,
saquemos lo que nos divide y busquemos lo que nos une. Así construiremos un mundo mejor
No perdamos tiempo. El tiempo del cambio llegó y estamos en el momento para comenzar de nuevo con nuevas energías, nueva esperanza y convencidos de que Dios nos cuida y nos protege para superar esta crisis que nos hará más humildes, más fuertes, más solidarios y más espirituales. No nos rindamos todavía falta mucho por hacer.