Milei fue el primero en felicitar a Kast y aseguró que ambos Gobiernos trabajarán juntos «para que América abrace las ideas de la libertad» y se «libere» del «yugo opresor del socialismo del siglo XXI». «Excepto Brasil, que es casi la mitad de Suramérica, el resto de los países hispanoparlantes está apostando por Gobiernos entre hiper conservadores y de derechas radicales», dijo a EFE el académico de la Universidad de Chile Gilberto Aranda.
Para Carlos Malamud, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano (España), «la gente vota pensando en soluciones inmediatas a su problema». Según explicó a EFE, los argentinos votaron por Milei porque pensaban que resolvería la inflación y reflotaría la economía; y los chilenos lo hicieron por Kast para mejorar la seguridad y gestionar la migración.
El abogado y exdiputado ultracatólico, que será el primer presidente que defendió al entonces dictador Augusto Pinochet (1973-1990) e hizo campaña a favor de su continuidad en el plebiscito de 1988, presidió la red ultraconservadora Political Network for Values (2022-2024) y ha participado en cumbres como la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) o la convención de Vox en Madrid. «Hay un alineamiento geopolítico -dice Aranda- propicio a EE.UU. y un apoyo a su estrategia de seguridad», que surge en un momento en el que Trump «está reafirmando la doctrina Monroe» y quiere restaurar su dominio regional tras años de desinterés.
La ultraderecha latinoamericana, añade, enfrentará el «dilema» de decidir si aceptan la exigencia de Estados Unidos de negar el acceso a China, mientras países como Argentina y Chile, entre otros, mantienen parte importante de su comercio con el gigante asiático. “Van a tener que definir si privilegian el pragmatismo o si se alinean absolutamente con Estados Unidos”, plantea Aranda.“La insatisfacción de los votantes provoca una política pendular permanente”, afirmó a EFE Benjamin Gedan del Wilson Center de Estados Unidos.lc