El evento, celebrado en Nueva York, reunió a modelos legendarias como Adriana Lima, Alessandra Ambrosio, Gigi Hadid y Bella Hadid —quien regresó a las pasarelas tras una recaída de salud—, junto a nuevas figuras que representan una belleza más plural. La apertura estuvo a cargo de Jasmine Tookes, quien desfiló embarazada de su segundo hijo, en una imagen poderosa de maternidad y elegancia.
El desfile sorprendió con la participación de figuras fuera del mundo tradicional de la moda, como la jugadora de baloncesto Angel Reese, la atleta olímpica Suni Lee y la actriz Barbie Ferreira, conocida por su papel en Euphoria. Además, Karol G hizo historia al convertirse en la primera artista latina en cantar durante un Victoria’s Secret Fashion Show, mientras que las integrantes del grupo surcoreano TWICE —Jihyo, Momo, Tzuyu y Nayeon— no solo actuaron, sino que también desfilaron, reflejando el impacto global del k-pop.
La puesta en escena, aplaudida por críticos y público, logró equilibrar el glamour característico de la marca con un mensaje renovado de inclusión y representación. Bajo la dirección de Selman, Victoria’s Secret parece estar recuperando la relevancia cultural que definió sus desfiles durante décadas, adaptándose a los nuevos valores de la industria y reconectando con audiencias más diversas.lc