Santo Domingo. - El colectivo LGBTIQ+ celebró el domingo en la capital dominicana su Caravana del Orgullo, un acto festivo pero también reivindicativo a favor de la diversidad y los derechos porque, como se dijo en los discursos, «la lucha debe continuar para no retroceder».
«Marchamos para recordar que en República Dominicana ser LGBTIQ+ sigue siendo un acto de valentía. Denunciamos las múltiples violaciones a nuestros derechos, al mismo tiempo que celebramos nuestras vidas, nuestras resistencias y el amor en todas sus formas y manifestaciones», afirmó Daniel Benítez, director ejecutivo de la Red de Voluntarios Amigos Siempre Amigos (Revasa), de acuerdo a nota de EFE.
Se trata, afirmó, de la decimoctava edición de la marcha desde que nació en 2007 como «respuesta a las múltiples formas de exclusión que enfrenta la comunidad LGBTIQ+, y que ha recorrido durante casi dos décadas las calles de Santo Domingo visibilizando luchas, resistencias y esperanzas», son 18 años de «¡Orgullo, Resistencia y Diversidad!», subrayó.
Entre otros representantes de organizaciones del colectivo LGBTIQ+, Cristián King, director ejecutivo de Trans Siempre Amigas (Transsa), llamó a estar atentos a lo que afecte su «libre desarrollo de la personalidad y el «ejercicio pleno» de su ciudadanía, y se refirió a la reforma del Código Penal, que «puede ser un retroceso en materia de derechos» para la comunidad.
«Vamos hoy a disfrutar el Orgullo, pero vamos también mañana a estar orgullosos de lo que somos y vamos a demostrarlo estando pendientes (….) Cuando se nos discrimine vamos a denunciar, cuando se nos agreda vamos a denunciar (…) Lo que no se visibiliza no existe», alertó. En el mismo sentido, el activista Elías Ramos, director de Proyectos de ProActividad, dijo: «Hoy es un día de celebración, pero mañana cuando volvamos a nuestra realidad no olvidemos que la lucha debe continuar para no retroceder».
En medio de un intenso calor, una larga caravana de automóviles y camiones recorrió sectores emblemáticos de la ciudad, incluida la Zona Colonial, como «un acto de acercamiento, de construcción de puentes y de presencia comunitaria, llevando un mensaje de dignidad, respeto y orgullo», en palabras de Benítez.
Al ritmo de música y baile, la bandera arcoíris fue la protagonista de la jornada, también en vestidos y trajes, abanicos o sombreros para protegerse del sol. Para terminar, una gran fiesta de cierre con DJs en directo en un céntrico parque en el malecón de Santo Domingo.
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