Turismo

The New York Times califica a Las Terrenas como la “tierra prometida en el Caribe”

Xiomara Martínez | Miércoles 25 de junio de 2025
The New York Times describe Las Terrenas, Samaná, como “la tierra prometida en el Caribe”, destacando sus playas interminables y atractivos naturales. La autora, Shannon Sims, relata su experiencia explorando el pueblo, sus playas y la influencia europea en la gastronomía local, dejando una impresión duradera de su belleza.

El reconocido diario estadounidense The New York Times calificó en un reportaje a Las Terrenas, de Samaná, como “la tierra prometida en el Caribe”, al citarla en un amplio artículo, como un lugar donde las playas “se extienden para siempre”.

El artículo publicado el pasado 16 de junio, fue escrito por Shannon Sims, quien ofrece un relato sobre su estancia en el país para visitar Las Terrenas. En el que dice que la península de Samaná “sobresale de la República Dominicana como un dedo nudoso que apunta hacia Puerto Rico”, y enumera los atractivos naturales con los que cuenta, citando bahías con ballenas, cascadas y playas solitarias y hermosas, en sus 16 kilómetros de ancho.

Relata que se sintió atraída por la comunidad de Las Terrenas, un pueblo de la costa norte de Samaná, tras leer un artículo de la revista Vogue de 2023, en el que elogia sus “playas de arena suave”, su “vida nocturna discreta” y su “encanto agreste”.

A lo largo del reportaje, la autora describe su recorrido en el autobús, y la emoción al visualizar las verdes montañas del camino y las vistas que ofrece el mirador fotográfico, donde afirma, se mantuvo cautivada por 20 minutos en el asiento como “un niño en una excursión”.

La narración continúa explorando en un paseo en moto, tras llegar “al otro lado de la ciudad” desde el Hotel Costarena Beach, “el lugar sencillo pero acogedor” donde se alojó. Aunque confesó que su recorrido, aun siendo una experimentada conductora de moto, le hizo cuestionarse si ¿era todo esto el “encanto rudo” del que había leído en la revista? Describe su recorrido como “un reto mayor del que esperaba”.

Relata su experiencia en el “Zu Ceviche & Grill”, donde pidió un ceviche en que “el pescado es tan fresco que casi va directo del océano al plato”. Al mismo tiempo, describe el ambiente de la zona, donde “un grupo de pescadores sin camisa picaba y descamaba su pesca alrededor de una mesa”, y al final se encontraba el conocido “Pueblo de los Pescadores”, reconstruido con pequeños restaurantes de colores pastel, que reabrió en febrero pasado, reconstruido después de un incendio.

Describe, que desde la zona céntrica de la comunidad, “las playas se extienden en largas filas hacia el oeste y el este. Aunque todas tienen nombres distintivos, en su mayoría no están separadas por límites visibles, y se perciben como una sola playa extensa.

En busca de arena más prístina, para evitar basura y escombros, se alejó de, centro de la ciudad, para comprobar que cuanto se “alejaba más hermosas eran las playas”.

En su recorrido, a unos 10 minutos del pueblo, encontró “Playa Carolina”, en la que “un arroyo de aguas cristalinas y poco profundas desembocaba en el océano y los niños chapoteaban”. Más tarde, al explorar la hilera de playas al oeste de Las Terrenas, conoció clubes de playa que ofrecían sillas, sombrillas y almuerzo, como el “Mosquito Boutique Hotel” en Playa Bonita.

Tras explorar algunas de las playas, confiesa que le fue difícil “elegir una favorita. Decidí que probablemente sería la playa en la que estuviera en ese momento”.

El artículo refiere la historia de Las Terrenas, lugar al que visitantes extranjeros comenzaron a llegar en la década de 1960, y algunos procedentes de Francia, construyeron casas de vacaciones rústicas. “Hoy en día, la influencia europea en la zona es omnipresente”; y destaca que una ventaja de esta presencia, incluso para los viajeros con presupuesto limitado, es que existen locales gastronómicos que cuentan con buenos croissants y capuchinos.

Cambio la ruta que le llevaría al Salto El Limón, para continuar explorando las playas de la zona, y así llegó a un lugar para almorzar, donde se detuvo cuando vio “un letrero garabateado que decía Chef Medina, un pequeño restaurante directamente en la playa, con mariscos frescos”.

El artículo finaliza citando el momento en que pregunta a la señora que atendía ese restaurante por el nombre de la playa donde se encontraba. La respuesta fue: “No estoy muy segura de cuál esta playa. Solo sé que esta es mi favorita”.

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