Hacía más de una década que no se sentía un sismo de tal magnitud, cuando en agosto de 2011 uno de magnitud 5.8, que sacudió desde el sur de Estados Unidos hasta Canadá, fue el más fuerte que azotó la costa este desde la Segunda Guerra Mundial.
“En Nueva York somos maestros de los desastres. Sabemos cómo manejar una tormenta de nieve inesperada (…) Todavía hay eventos (por venir) como la trayectoria del eclipse solar que el lunes atravesará gran parte de nuestro estado”, recalcó la gobernadora.
Por su parte, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, dijo que ni siquiera sintió el temblor y que de momento no hay ningún informe de impactos importantes.
Los aeropuertos internacionales John F. Kennedy (Nueva York) y Newark Liberty (Nueva Jersey) cerraron este viernes tras el sismo para asegurarse de que no ha habido daños.
Por su parte, el aeropuerto de LaGuardia, también en Nueva York, siguió con su tráfico, ya que, según las autoridades, está mejor preparado para este tipo de fenómenos.