Aún siendo muchas de sus propuestas de alta costura, los precios de sus diseños varían y en su catálogo se pueden encontrar modelos más asequibles -de entre 95 y 125 euros- y piezas más exclusivas, que alcanzan los 5.000 euros.
Para Bernoux, los abanicos, también conocidos como pericos, pericones, sopladores, soplillos, abanos, abanillos o aventadores, son “el objeto de la feminidad más absoluta” y requieren una atención especial dentro del universo de la moda que, a su juicio, no se le estaba prestando.
“Abrir y cerrar un abanico cerca del rostro es un gesto absolutamente sensual y femenino”, comenta este artista nacido en Francia, cuyos diseños han desembarcado recientemente en la galería de arte marbellí Metamorphose Art Gallery.
Sensualidad y seducción
Precisamente en la sensualidad y en la seducción encuentra el francés su principal fuente de inspiración.
Detrás de esta popular prenda, de su forma de manejarla o de los sutiles movimientos de los ojos que la acompañan, hay toda una simbología que en otros tiempos dio lugar, incluso, a un lenguaje propio que utilizaban las mujeres para comunicarse de forma alternativa a la comunicación verbal.
Así, abanicarse con rapidez se traduciría en un 'te amo intensamente'; por el contrario, hacerlo lentamente significaría 'me eres indiferente'; apoyarlo sobre la mejilla derecha habría significado 'sí', mientras que apoyarlo en la izquierda sería “no”, igual que cerrarlo de manera rápida y airada.
Hoy este lenguaje forma parte de una leyenda romántica y esta simbólica prenda se ha convertido en un complemento que en algunas jornadas, especialmente durante las horas más calurosas de los días de verano, se torna necesaria. Además, ya no solo la usa la mujer.
En las propuestas de Olivier Bernoux también hay abanicos para ellos, unos son piezas más provocativas, otros, más masculinas, pero todos son modelos con los que un caballero puede sentirse cómodo, sentencia.