Después de mañana imponese evaluar las elecciones para perfeccionar nuestra democracia: El derroche de recursos en una nación preñada de necesidades. La aparición continua de nubarrones procedimentales, ahora tecnológicos. La efectividad de acciones y actividades llevadas por partidos y candidatos.
Los daños y molestias ocasionados a la ciudadanía. Evaluar especialmente el primitivismo en las campañas por parte de lideres que se precian y pregonan modernidad, innovación y tecnología.
Desde el liderazgo presidencial hasta municipal. Evaluar permisividad de autoridades frente a violaciones legales y reglamentarias que incurren partidos y candidatos. Las respuestas retóricas dadas ante delitos electorales en lugar de aplicar sanciones ejemplarizadoras.
Evaluar el entorpecimiento del tráfico en caravanas dificultando y encareciendo movilidad de vehículos y peatones asi como el reposo y descanso de residentes. El dispendio y derroche de gastos que supone para causantes y afectados; incluyendo combustibles a importar pagables en dólares cuyo consumo constituye factor contaminante ambiental, así como basura y malos olores que generan.
La corrosión y degradación a democracia y dignidad humana causada por clientelismo, simbolizado en dinero y picapollos, solo para abultar asistentes que posen ante cámaras periodísticas. Los ruidos provocados por sistemas de sonidos, agresión al paisaje urbano que deberíamos disfrutar impedidos por vallas publicitarias, irrespeto a privacidad de espectáculos privados en espacios públicos.
La saturación publicitaria en medios impresos, radiales y televisivos, que impiden información objetiva, esparcimiento y recreación de familias. La moral y buenas costumbres en spots televisivos y redes en lugar de propiciar presentaciones y debates sobre problemas y soluciones municipales. Evaluemos campaña en función de resultados y dinero gastado: cuantos votos le aumentaron ¿o redujeron? a candidatos cada peso invertido en chercha electoral. Y permisividad y omisiones de autoridades en aplicar sanciones ante delitos electorales cometidos, agraviando nuestra democracia.