Un comic de Mafalda que se hizo famoso fue “todo ha cambiado en el mundo, menos la escuela” y …… cuando menos nos imaginábamos se produjo un cambio, pero de modalidad sin planearlo literalmente.
La implementación de la enseñanza a distancia trajo como consecuencia poner al descubierto situaciones y prácticas tradicionalmente anquilosadas en el sistema educativo dejando serias lecciones aprendidas que ahora requieren respuestas encaminadas hacia un cambio sostenido.
La escuela que aprende es aquella que logra alinear todos los actores trabajando en conjunto en una misma dirección y visión, orientada al aprendizaje de sus estudiantes. Esto conlleva renovación continua de los procesos de enseñanza, la reingeniería y adecuación de la infraestructura, la formación continua de los actores y los mecanismos de actuación.
Este reinicio a la presencialidad debería tomarse como un renacimiento de la escuela y construir cambios a partir del punto donde nos encontramos ahora, aprovechando la oportunidad para poner en marcha acciones que conecten y sumen a una educaciónde calidad. Cada escuela tiene la posibilidad de evaluar y analizar su experiencia sobre la educación a distancia, determinar las oportunidades y desafíos que tienen por delante, esto les permitirá tomar decisiones sustentadas y contextualizadas, situar la formación continua centrada en la escuela; esta es una de las formas más atinadas de transformar una realidad y consecutivamente fortalecer la práctica y mejorar los aprendizajes de los estudiantes.
Es fundamental aplicar la evaluación diagnóstica para identificar los aprendizajes y cómo llegaron los estudiantes al grado. Si antes de la pandemia los resultados de diagnósticos nacionales son preocupantes, de seguro no serán mejores en una enseñanza a distancia conociendo las limitantes confrontadas, más allá de los mejores esfuerzos, intenciones e inversión realizada frente a los desafíos que conllevó la educación a distancia.
En mi experiencia en la formación de docentes, cuando he abordado el tema de los resultados de aprendizajes de los estudiantes obtenidos a través de diagnósticos nacionales, se sorprenden. Por lo tanto, se cuestiona sobre el dominio de información y análisis a profundidad de los resultados de aprendizajes de los estudiantes en cada escuela; es de esta forma que el equipo docente puede tomar mayor conciencia sobre lo que funciona o no para favorecer el proceso de enseñanza. Al tiempo de fortalecer la evaluación de los aprendizajes como un proceso continuo y la reflexión de las prácticas de enseñanza, el ejercicio de analizar los resultados de sus estudiantes puede comprometer a los docentes y para la toma de decisiones basada en datos.
De forma general hay muchas lecciones aprendidas en qué poner la mirada a partir de la educación a distancia, lo que podría aportar mucho en la renovación de la escuela:
Reimaginemos una escuela donde los estudiantes aprecian ser parte de ella, donde existe la complicidad de todos los actores hacia la excelencia. Experiencias que encaren y reten a los estudiantes, incluso con problemas reales y puedan desarrollar las habilidades y competencias hacia la autonomía. Una educación que aporte a mejores ciudadanos, colaboradores, sensible ante el mundo que les rodea.Necesitamos una escuela que se luzca uniendo esfuerzos implementando actividadesde la ciencia, la cultura, la identidad, el arte.
Este cambio de proceder no es arbitrario, implica definir ¿hacia dónde vamos? ¿Cuál es el paradigma? ¿Qué exige la educación de este tiempo? ¿Qué demanda la sociedad?
Estamos a la vuelta de la esquina para iniciar las clases presenciales en los centros públicos. ¿Cómo será este nuevo comienzo en la escuela después de la pandemia?