Durante años, este tipo de misiones recaían principalmente en Estados Unidos. Sin embargo, el presidente Donald Trump ha reiterado que la responsabilidad de la seguridad europea debe recaer en los propios países del continente. Washington estaría dispuesto a suministrar armas y equipos, pero espera que los socios europeos financien y lideren la operación.
Un giro diplomático en Berlín
El 15 de diciembre de 2025, el canciller alemán Friedrich Merz recibió en Berlín al presidente ucraniano Volodímir Zelenski. Un día antes, Zelenski se había reunido con los negociadores estadounidenses Steve Witkoff y Jared Kushner para discutir el plan de alto el fuego propuesto por Washington.
Posteriormente, Merz convocó a varios jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea para coordinar una postura común. El resultado fue un comunicado conjunto que plantea la necesidad de una fuerza de paz europea con apoyo estadounidense una vez se detengan las hostilidades. Merz afirmó que la propuesta “se acerca mucho a una fuerza de la OTAN”.
La misión incluiría a países de la UE, así como a Canadá y Australia. Su objetivo sería respaldar a las Fuerzas Armadas ucranianas, proteger el espacio aéreo y asegurar el acceso marítimo del país.
Francia y Reino Unido listos; Alemania duda
Zelenski confirmó que Estados Unidos está dispuesto a ofrecer garantías de seguridad similares al Artículo 5 de la OTAN, aunque Ucrania no sea miembro formal de la alianza. Francia y Reino Unido han expresado su disposición a participar militarmente en Ucrania.
Alemania, en cambio, mantiene una postura más prudente. Aunque Merz impulsa la iniciativa, el gobierno alemán insiste en que aún no está definido qué países participarían ni qué tipo de apoyo ofrecería cada uno. Además, cualquier despliegue de tropas alemanas requeriría la aprobación del Bundestag.
El obstáculo mayor: Rusia
Uno de los puntos más delicados es la reacción de Moscú. El presidente ruso Vladímir Putin ha reiterado que la presencia de tropas de países de la OTAN en territorios en disputa es “totalmente impensable”. Para Rusia, una fuerza internacional liderada por Europa sería vista como una amenaza directa.
Merz reconoció esta dificultad en una entrevista con la cadena ZDF, pero insistió en que “en algún momento, Putin tendrá que decir que sí”. Para el canciller, la prioridad es mantener la unidad occidental y avanzar hacia un marco de seguridad creíble.
Un escenario aún incierto
Aunque la propuesta de una fuerza de paz avanza, muchas preguntas siguen sin respuesta:
Por ahora, el mayor avance es el respaldo estadounidense a una misión internacional liderada por Europa. Sin embargo, un alto el fuego antes de Navidad —aspiración de algunos negociadores— parece cada vez menos probable. La situación sigue siendo volátil, pero el debate sobre una fuerza de paz revela un cambio profundo: Europa se prepara para asumir un rol militar y estratégico que durante décadas delegó en Estados Unidos.lc