El rojo: un clásico reinventado
La paleta del rojo regresa con fuerza en múltiples matices. Desde el intenso tradicional hasta el burdeos sobrio o combinaciones atrevidas como rojo con rosa. Este color se impone en vestidos, blazers, abrigos y jerseys virales que evocan un aire noventero, fáciles de adaptar al armario más allá de las fiestas. La clave está en la pureza de las líneas y la fuerza del tono, sin necesidad de brillos excesivos.
El traje: estructura y versatilidad
El traje se consolida como prenda estrella tanto para hombres como mujeres. Las propuestas actuales lo alejan de la formalidad rígida y lo convierten en opción festiva: blazers entalladas, pantalones amplios, dobles botonaduras y tejidos invernales que aportan sobriedad y estilo. Firmas como Nicoli lo presentan en monocromo negro con solapas satinadas, ideal para cenas elegantes o eventos institucionales. Con accesorios discretos, el traje se transforma en una inversión útil más allá de diciembre.
El terciopelo: lujo táctil y atemporal
El terciopelo vuelve a ser protagonista del invierno. Su textura rica y sofisticada lo convierte en aliado perfecto para celebraciones, ya sea en vestidos midi, trajes de chaqueta y pantalón o piezas en tonos oscuros como azul marino, burdeos o chocolate. Más allá de lo festivo, su durabilidad lo posiciona como inversión a largo plazo, capaz de acompañar varios inviernos con estilo.
La clave está en la moderación: elegir una prenda protagonista —un blazer rojo, un traje de terciopelo o un abrigo estructurado— y construir el resto del look con cortes limpios y accesorios mínimos. La Navidad 2025 apuesta por coherencia y carácter, con tres caminos distintos pero complementarios: el rojo para celebrar, el traje para modernizar y el terciopelo para aportar lujo y calidez.lc