Entre estas tareas, Guterres apuntó a la asistencia humanitaria "para atender las necesidades de la población civil en Gaza" así como el apoyo a "todos los esfuerzos para que las partes avancen hacia la siguiente fase del alto el fuego". Asimismo, el diplomático elogió los esfuerzos diplomáticos de Egipto, Catar, Turquía, Estados Unidos y países de la región a la hora de elaborar el texto. Guterres subrayó que la segunda fase del plan de EE.UU. debe conducir hacia "un proceso político para lograr la solución de dos Estados, de conformidad con las resoluciones anteriores de la ONU".
La resolución, aprobada con 13 votos a favor y las abstenciones de China y Rusia, estipula una Fuerza de Seguridad Internacional (ISF) hasta diciembre de 2027 que tendrá la labor de asegurar las fronteras de Gaza con Israel y Egipto, proteger a los civiles y los corredores humanitarios y capacitar a una nueva fuerza policial palestina.
Antes de la votación, a la que asistió el embajador israelí pero en la que no estuvo presente ninguna representación palestina, el embajador estadounidense ante el organismo, Mike Waltz, señaló que la resolución niega a Hamás una oportunidad de reconstituirse al tiempo que garantiza que "el pueblo de Gaza pueda alimentarse".
Walt señaló que se constituirá una Junta de Paz, que a priori estará dirigida por Donald Trump, y adelantó que habrá "un comité tecnócrata de palestinos responsable de las operaciones de la administración y servicio civil de Gaza" mientras la Autoridad Palestina "implementa su programa de reformas".
El embajador estadounidense señaló que la resolución aprobada traza también "una posible vía hacia la autodeterminación palestina" una vez que la Autoridad Palestina haya "completado" esas reformas. La ISF tiene previsto funcionar como una fuerza encargada de hacer cumplir la ley, no como una fuerza de mantenimiento de la paz, con tropas de distintos aliados y en coordinación con la Junta.
Asimismo, tendrá el encargo de velar por el proceso de desmilitarización de la Franja de Gaza, incluida la destrucción y prevención de la reconstrucción de la infraestructura militar, así como el desarme permanente de los grupos armados no estatales.
Por su parte, Hamás rechazó la resolución porque "no responde a los derechos ni demandas de los palestinos, favorece la ocupación israelí y busca imponer un mecanismo de tutela internacional sobre el enclave, que los palestinos y las facciones de resistencia no aceptan".lc