En las últimas horas concretaron el paso Francia, Bélgica, Luxemburgo, Malta, Andorra y San Marino, todos ellos durante la conferencia para la solución de los dos Estados (Israel y Palestina) en Oriente Medio, celebrada hoy en el edificio de la Asamblea General de la ONU y organizada conjuntamente por Francia y Arabia Saudí.
El domingo lo habían hecho Reino Unido, Canadá, Australia y Portugal, con anuncios desde sus respectivas capitales. Muchos de estos países habían dado incluso a Israel una oportunidad para retrasar el reconocimiento si cumplía ciertas condiciones: frenar su ofensiva sobre la ciudad de Gaza y permitir la entrada de ayuda humanitaria, pero el gobierno de Benjamín Netanyahu no cedió, sino que intensificó la guerra.
De los diez nuevos países, tienen especial relevancia los nombres de Francia y Reino Unido, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad (y como tales con derecho a veto), y parte además del G7, las siete economías más avanzadas del mundo. Estos dos países albergan a las comunidades judías más grandes de Europa y han mantenido tradicionalmente posturas cercanas a Israel. Cuando el presidente Emmanuel Macron anunció hoy el reconocimiento, la sala prorrumpió en aplausos, con la delegación palestina en pie.
"Este reconocimiento de los derechos legítimos del pueblo palestino no quita nada a los derechos del pueblo de Israel, que Francia apoyó desde el día uno", recordó Macron."Este reconocimiento es una derrota para Hamás, al igual que para todos aquellos que fomentan el antisemitismo y alimentan las obsesiones antisionistas y que quieren la destrucción del Estado de Israel", subrayó.
Macron dijo que su país está listo para abrir una embajada como tal en Palestina, pero la condicionó a que primero el movimiento Hamás libere al medio centenar de rehenes que aún tiene en su poder, y de los que se sospecha que la mitad están muertos. Poco antes de Macron, el secretario general de la ONU, António Guterres, recordó en la conferencia que la creación de un Estado palestino "es un derecho, no una recompensa" y advirtió que negárselo al pueblo palestino "sería un regalo a los extremistas".
El secretario general quiso dirigirse a los que aún se oponen a esa solución -con Estados Unidos a la cabeza-, a los que preguntó: "¿Cuál es la alternativa? ¿Un escenario de un solo estado en el que se niega a los palestinos los derechos básicos? ¿Expulsados de sus casas y su tierra? ¿Forzados a vivir por siempre bajo ocupación, discriminación y sojuzgamiento?".lc